¿Nadie ha pensado en las granjas cinegéticas? Los profesionales avisan: están colapsadas

El estado de alarma decretado por el gobierno de España el pasado 15 de marzo ha dejado más de 100.0000 ejemplares de diferentes especies como son faisanes, perdices, codornices, palomas… confinados en estas granjas ante la imposibilidad de darles caza o realizar repoblaciones con ellas.


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¿Nadie ha pensado en las granjas cinegéticas? Los profesionales avisan: están colapsadas

La mayoría de estas granjas, catalogadas zootécnicamente cómo granjas avícolas prevén en sus preceptivos planes higiénico-sanitarios el vaciado total de sus instalaciones como medida profiláctica, así como realizar su limpieza respectiva.

Para los profesionales del sector ha sido un gran mazazo, ya que los meses de marzo y abril son los más fuertes del año, sirve de ejemplo hay granjas con más de 4.000 palomas aún en sus instalaciones. Con cacerías programadas y autorizadas, el estado de alarma paralizó todo y no se han podido llevar a cabo.

No se van a poder realizar estas tareas porque su sacrificio es inviable, ya que no hay apenas mataderos para este tipo de aves ni actualmente en la situación que vivimos hay disponible mercado para su carne al estar la restauración cerrada.

Prórroga a la veda

La asociación de criadores y actividades cinegéticas turísticas andaluzas solicita una prórroga de la veda a las administraciones una vez solucionado el estado de alarma que permita solucionar este gran problema y hacer la viabilidad económica de muchas de ellas, que está actualmente en peligro. Seguir manteniendo a estos animales en sus granjas y alimentarlos es inviable y, evidentemente, no se pueden soltar al campo sin sus permisos y controles preceptivos, amén de especies como el faisán, que no se puede usar para repoblación.

Incertidumbre

La incertidumbre para la próxima campaña es enorme en el sector ya que no se sabe la evolución de la enfermedad y si en otoño volverá a haber un rebrote como vaticinan algunos epidemiólogos.

Estamos en plena época de cría y a todos les llenan un mar de dudas del número de animales a criar en sus granjas y ajustar este número para garantizar su viabilidad y evitar su colapso económico.

Muchas explotaciones con su línea de flotación bastante tocada tienen un futuro oscuro si en la próxima campaña no se va a poder cazar con normalidad por este motivo. De esto dependen un gran número de empleos que genera está actividad. La administración debe poner soluciones encima de la mesa y dotar el calendario de sueltas y organización de cacerías en cotos intensivos y escenarios de caza de mucha más flexibilidad, para que en caso de futuras restricciones al movimiento de personas, haya el suficiente margen para dar salida a la producción de perdices, codornices, etc. De no ser así, se estará poniendo en riesgo la supervivencia de un colectivo clave dentro del sector de la caza.

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