Cuenca

El infierno que viven los cazadores de un coto por el furtivismo

La caza siempre combatirá al furtivismo con todas sus fuerzas. De ahí la denuncia que los integrantes de un coto conquense por las acciones de un furtivo que se dedica a poner lazos para matar animales que son encontrados descomponiéndose. Corzos, jabalíes, ciervas… Le da igual la especie, su intención es hacer daño.


 Furtivismo
Furtivismo

Un coto de un pequeño pueblo conquense vive un verdadero calvario ante un furtivo que mata los animales solo por hacer daño. Ni los guardas, no la Guardia Civil ni los socios del coto, que colaboran en las labores de vigilancia, han conseguido frenarlo.

Una pesadilla para los cazadores

Lazos, animales muertos que se pudren en el campo, grandes cantidades de dinero invertidas en la vigilancia y prevención de todo esto… Esta es la situación que vive un coto de Cuenca ante lo que se ha convertido en una pesadilla que no son capaces de detener.

Estamos hablando de un pequeño pueblo de Cuenca de apenas 20 habitantes. Todos apuntan hacia el mismo responsable. Todos aseguran que se trata de él, pero nunca le han atrapado con las manos en la masa para poder probarlo.

Furtivo con galgos, lazos, perdigones…

El coto acumula 70 años de antigüedad. Pero parece que el detonante de todo estuvo en el cambio de los gestores. Sucedió hace diez años, y comenzó un control y una gestión enfocada a la sostenibilidad de las especies y de los hábitats que conforman el acotado.

Desde la directiva del mismo nos aseguran que hasta ese momento, ese individuo hacía lo que le daba la gana, enfatizando que furtiveaba con galgos todos los meses del año, ponía lazos para coger reses de manera ilegal y atrapaba perdigones en primavera.

Se intentó razonar con él, incluso prohibiendo la caza de la liebre con arma de fuego. Un guiño a los dos únicos galgueros del coto, pero que intentaba integrar en la gestión y el respeto a la ley de todos los socios.

Pero esto solo hizo empeorar la situación.

Se le expulsó del coto

Los socios seguían viéndolo con los galgos en época de veda. Esto conllevó que se le expulsara del coto. Desde ese momento, los lazos que son hallados en la finca son cada vez más en cada campaña.

Por ejemplo, en 2014 los socios localizaron nada menos que 14 lazos entre los que encontraron muerto un corzo macho.

Se ha intentado combatir todo esto con la contratación de guardería, pero debido a los pocos ingresos del coto solo se ha podido contratar una compañía de seguridad de vigilantes rurales a tiempo parcial. Por ello, los socios ayudan en la guardería y acuden a los campos de manera regular.

Durante estas patrullas, han realizado multitud de fotos, recogiendo las prácticas habituales de quien actúa de manera ilegal allí. Por ejemplo, una de sus prácticas habituales es cavar pozas y llenarlas de aceite usado para que lo animales vayan a bañarse, habiendo rodeado está de lazos para que caigan en ellos.

El Seprona ha patrullado la zona y recogido pruebas

Las denuncias ante el Seprona de la Guardia Civil han sido varias. Agentes del cuerpo han llevado a cabo seguimientos en la zona, y han llegado a interceptar a esta persona en el mes de agosto en caminos del coto con galgos en el vehículo.

A pesar de las denuncias, los hechos delictivos continúan registrándose en el coto. Dos meses más tarde, un jabalí aparece muerto con los restos de un lazo que ha logrado romper, pero que acabó matándolo.

Ante la persistencia de los hechos y desesperados, los cazadores se ponen en contacto con el Seprona de Cuenca, que envía una dotación durante una semana para investigar el asunto. Se realizan fotos de los hechos, de los lazos encontrados y de los animales muertos. EN esa semana se retiran otros 14 lazos, uno de ellos con una corza muerta junto al corcino, que murió junto a su madre.

Pero en esa semana no logran pillarlo in fraganti y los agentes deben volver a Cuenca.

Solo quiere hacer daño

Los socios del coto aseguran que solo pone los lazos para hacer daño, ya que no retira los animales que quedan atrapados en ellos, sino que las deja pudrirse en el campo.

La desesperación de estos cazadores les lleva a formar patrullas y recorrer su coto para intentar contrarrestar las delictivas acciones que acaban matando de manera indiscriminada a los animales.

Comparte este artículo
Autor: 
  
14809 0

Publicidad