Lances de caza

Perros mostrando a un jabalí medalla de oro de 115 kilos

Hablamos con Marcos Sancho, un cazador que ha tenido tres experiencias con jabalíes al ir a cazar conejos. Todos han sido mostrados por sus perros, pero uno de ellos ha sido medalla de oro y pesó 115 kilos.


 Jabalí ataca perros muestra
Jabalí ataca perros muestra

Marcos Sancho es un cazador de 45 años que lleva desde los 11 saliendo al campo. En sus primeros años, acompañando a su padre. Cuando pudo llevar escopeta, formó pareja con su hermano mayor. Junto a él ha vivido varias experiencias ante jabalíes en jornadas de caza al conejo con perro de muestra.

Un jabalí medalla de oro encamado en una pequeña mata

Le pedimos al cazador que reviva la jornada en la que un enorme jabalí saltó del encame a solo dos metros de él. En aquella jornada, iba acompañado de sus dos bretones.

«Fue en Alfajarín, cerca de Zaragoza. Iba cazando al conejo con dos bretones, madre e hijo. Era monte de matas pequeñas, nada hacía presagiar que allí había un jabalí encamado.

El macho se quedó de muestra y la hembra patroneó. Me asomé, pero, a pesar de que tengo habilidad para ver la caza en la caza, no vi nada. El perro entró en la mata y la siguiente imagen que tengo es el bretón volando.

Llevaba cartucho dispersante del 6 y, tras disparar, se encasquilló la escopeta. Entonces recargué con cartucho de bala. Mi hermano ya lo había hecho y, mientras, pudo echar rodilla al suelo y disparó al jabalí. Fue un disparo certero a una distancia que después contamos y que alcanzó hasta 98 pasos. Yo también pude disparar y frenar completamente al jabalí.

Recuerdo que era el jueves de apertura de temporada general. Mi hermano y yo siempre lo reservamos par ir al conejo. Si ves la foto, comprobarás que es un ejemplar estupendo, que dio 115 kilos en el peso. Pero cuando le vimos los colmillos es cuando llegó la mayor sorpresa. Dio medalla de oro».

Segunda experiencia ante jabalí con perros de muestra

No es el único lance que han vivido estos cazadores en el que el jabalí irrumpe en una jornada conejera. Nos confirman que en Zaragoza es común porque hay una alta densidad de cochinos. Sobre todo en esta época, en la que están recogiendo los maíces y los jabalíes tienen que salir de allí.

Este año, Marcos y su hermano volvieron a toparse con un jabalí encamado en un lugar impensable. Así nos lo cuenta el cazador:

«En otro coto en el que cazo, dotado de monte duro, iba subiendo hacia el coche en un barranco, por el lateral del mismo. Ahora cazo con una pointer negra y una braca alemana muy fuerte. Al llegar a una mata que no era grande, se quedaron de muestra. Me coloqué a tres o cuatro metros, y las perras entraron. Pero de allí no salió nada. La pointer salió. Pensé que era un conejo que se estaba escurriendo.

Pero me equivocaba. De allí salió un jabalí con la braca alemana pegada a él. Cuando pude disparar son peligro, lo hice por triplicado. Así descargaba del todo la escopeta y acto seguido metí un cartucho de bala. Con ella le rocé el cuello. Recargué y el disparo le rozó la paletilla. Solo me quedaba una bala, que era de mi padre. Debía tener unos 25 años. Pero fue la definitiva. Disparé y esa impactó en la cabeza».

Tercer jabalí, una semana después

«El siguiente fin de semana me invitaron a Castejón a cazar conejos. De repente vi que la braca estaba de muestra. Poco después salió el jabalí. Efectué tres disparos con perdigón que no le frenaron. Metí una bala y no le di. Metí otra y disparé, pero no supe si le había impactado, porque siguió corriendo con la perra detrás, ladrándole. Dejamos de verlos y corrimos tras ellos. Al llegar, el jabalí estaba muerto con la perra mordiéndolo. La bala le entró por detrás y le hirió de muerte».

Tres lances bien resueltos por estos cazadores, apasionados de la caza del conejo con perro de muestra, pero expertos en el jabalí al salto en unos entornos donde conejos y cochinos comparten hábitat.

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