‘La mutua de todos los cazadores’

Parece mentira cómo una simple canción puede, en ocasiones, hacernos viajar por el camino de la melancolía, rescatando del baúl de nuestra memoria sensaciones y momentos ya vividos que regresan para estremecernos.


Esa ha sido la situación que he vivido este fin de semana, cuando leyendo una nota de prensa sobre los precios actuales que ofrece a los cazadores su mutua, empecé a escuchar el clásico entre los clásicos ‘Hotel California’. Poco a poco, los acordes de las guitarras de Don Felder, Joe Walsh, Randy Meisner y Glenn Frey —acompañados por Don Henley– me transportaron con añoranza desde el ‘Hell Freezes Over’ de aquel abril del 94, hasta los años de buenos recuerdos en los que tantas y tantas veces escuché durante mis andanzas cinegéticas aquello de “Mutuasport, la mutua de todos los cazadores”. La verdad es que nunca me preocupé de comparar sus precios con los de otras compañías, pues a pesar de que por razones de viajes y otras que no vienen al caso comentar, siempre he contado con otro seguro de esos de los que llamamos “buenos”, de los caros que lo cubren todo y en la actualidad rondan los 100 euros. Nunca, y digo nunca, me importó como cazador echar una mano al mantenimiento de nuestra mutua, contando para ello con el paso de los años con licencias federativas de Castilla y León, Madrid, Cataluña, Extremadura o Murcia, por enumerar algunas. No logré entender hace años que algunas federaciones hiciesen sus seguros con otras compañías, movidas –supongo– por razones personales de sus presidentes o intereses particulares y sobre las que nunca quise buscar porqués. Allá ellos. Ahora, me cuesta más aún entender que en la actualidad, teniendo los cazadores nuestra mutua, se tenga que negociar con otras compañías, o que desde las propias federaciones se inicie una lucha fratricida por el control en la venta de seguros. ¿Qué pasa aquí y a quién beneficia esta negociación… o negocio? Ningún cazador federado, a título personal o desde sus sociedades, debería olvidar que su mutua se creó desde la misma Federación Española de Caza, precisamente buscando beneficiarle. Todos deberíamos recordar que, durante muchos años, ha sido Mutuasport la que ha colaborado económicamente con los cazadores, devolviéndoles íntegramente sus aportaciones, pues para algo es suya. Al recordar esto ahora no puedo comprender que, en la actualidad, algunas federaciones autonómicas de caza pretendan trabajar con empresas privadas, olvidando que Mutuasport ha sido quien ha usado ese par de euros de más que ahora algunos quieren arañar, para financiar proyectos que benefician a todos los cazadores, no solo a los federados. La mutua ha invertido esos dos euros de más que nos pudo cobrar en la vacuna del conejo, en la Escuela Española de Caza, en publicaciones, en becas, en seguros a cotos que otras compañías no querían cubrir, en el perdigón ecológico, en los proyectos desarrollados por FEDENCA y en todo lo que los cazadores federados han necesitado, siempre con seriedad y respondiendo al cazador y al mundo de la caza. Es cierto que los gestores de algunos proyectos, en ocasiones, no han estado a la altura: gran error de la entidad fiarse. Pero ella, la mutua –su mutua señores–, siempre ha cumplido, devolviendo a la caza y devolviéndoles a ustedes, no solo esos dos euros de más, sino el importe total, pues lo que ganaba, era para todos nosotros. ¿Puede decir algún cazador que conoce proyectos de Mapfre o Zurich en temas cinegéticos?, ¿sacarán estas empresas las castañas del fuego a las federaciones?, ¿reinvertirán en la caza sus beneficios como ha hecho siempre nuestra mutua? La respuesta ya se la doy yo: no. En la actualidad existen únicamente dos posibilidades serias, sobre todo cuando hablamos de los cazadores federados, dejemos de escuchar falacias, de atender a quienes quieran contarnos del tema solo la parte que les interesa. Por un lado, podemos mantener nuestra mutua, Mutuasport, sabiendo que posiblemente pueda costarnos un poco más pero que todo lo invertido nos será devuelto. Por otro, podemos ahorrarnos dos euros engordando las cuentas de resultados de empresas privadas, a las que su interés por la caza termina donde termina nuestra cartera, no importándoles lo más mínimo ni teniendo intención alguna de que lo que les paguemos revierta en el mundo cinegético. Si ustedes optan por esta opción, señores, sepan que al contrario de lo que nos cuentan los que apoyan a la competencia de Mutuasport, existen entidades que les ofrecerán los mismos seguros, con las mismas compañías, a un precio aún más barato. Si usted es de los que busca ahorrar dos euros, ahorre otros dos en las comisiones que estas compañías entregan a las federaciones autonómicas y otros –que no son más que intermediarias de esas empresas privadas– y tendrá cuatro, en lugar de dos. Si usted opta por traicionar a nuestra mutua y no quiere colaborar con ella, encontrará seguros ciertamente más baratos, mucho más baratos, cuando elimine a todos esos intermediarios que no reinvertirán como la mutua directamente en el mundo de la caza. Colaborar con Mutuasport, nuestra mutua, o buscar entidades ajenas a las federaciones –que las hay– sin comisionistas intermedios son las dos únicas alternativas reales y las que yo les aconsejo. Las demás sobran, no nos dejemos engañar por falacias ni mentiras a medias. No dejemos que nos vendan otra moto.
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