Falacias y cojos muy cojos

Mantiene el saber popular que antes se coge a un mentiroso que a un cojo. A menudo éste —el mentiroso—, al verse descubierto, pretende hacer creer a los demás que desconocía determinadas circunstancias, acontecimientos o situaciones, intentando disculpar y enterrar con más mentiras su reprochable actitud.


Este tipo de personajes nos hacen recordar aquella célebre frase de Forrest Gump en la que explicaba que su madre mantenía que «tonto es el que hace tonterías». Si cambiamos el adjetivo y lo llevamos al campo que nos ocupa, podemos decir algo lapidariamente cierto: mentiroso es el que dice mentiras. Y la mentira, como la dignidad, como el honor, como la virginidad… es algo que, cuando se pierde, nunca más regresa. ¿A cuento de qué viene esta parrafada? Pronto lo entenderán. El aperturismo que ofrece Internet a sus usuarios es enorme, puesto que permite a cualquiera opinar en los distintos blogs, foros o distintos contenidos que sus páginas o ‘sites’ tienen. El rigor profesional de los medios que los difundimos no nos permite entrar a valorar dichas aportaciones y sus contenidos salvo, claro está, que se aluda a nosotros o se nos mencione directamente, máxime si el mentiroso, haciendo buena la máxima de Forrest Gump, arroja mentiras con el objeto de buscar el beneficio propio o el de terceros. Todo esto a viene a cuento de que en este mismo medio de comunicación, el que dice ser Sergio Gutiérrez —supuestamente hijo del que a su vez también dice ser presidente de los cazadores—, ha empleado largos ratos y párrafos en sostener que existe una falta de seriedad, imparcialidad y objetividad informativa en Club de Caza. No contento con eso ha acusado al medio en general y a las personas que en él trabajan en particular, de tomar partido a favor de la corriente crítica con el actual responsable de la Real Federación Española de Caza. Parece olvidar el señor Gutiérrez —flaqueándole la memoria en su laguna mental, quizá por la edad, quizá por la genética—, que la primera entidad a la que este medio ofreció un apartado para que pudiese informar a sus miembros fue precisamente la Real Federación Española de Caza. Entidad que, por cierto, otorgó un premio, según ellos y entre otras razones, «por la difusión que se hacía de toda la actividad federativa». También parece olvidar el señor Gutiérrez que fue precisamente su padre quien decidió, de forma poco imparcial y objetiva, precisamente, dejar de informar a todos los cazadores de las actividades federativas tras ver rechazadas sus reiteradas quejas —documentadas, ya que fueron hechas tanto telefónicamente como por escrito en correos electrónicos— ante la aparición de noticias tanto afines como no a sus planteamientos. Él debió ser quien ordenó que no se remitiesen notas de prensa a este medio, razón que obviamente hizo inviable que puedan aparecer y que se tuviese que retirar el espacio dedicado a la entidad, que permaneció inactivo durante meses. Parece olvidar el señor Gutiérrez que, a pesar de no enviar durante meses nota alguna para informar desde este medio a todos los cazadores de las actividades federativas, sí tuvo la desfachatez de remitirnos su programa electoral personal en las últimas elecciones presidenciales, para intentar arañar algún voto que le permitiese aferrarse a su cargo, preocupado por la difusión que su rival entonces tenía en todos los medios. Parece olvidar el señor Gutiérrez que en aquel momento, al igual que este medio lleva haciendo desde hace 12 años, notificó documentalmente a todos los compañeros de los medios de comunicación, así como a todos los presidentes de las distintas federaciones y a personas relacionadas con la actividad cinegética que ocupaban cargos de dirección, que este medio no compartía la falta de respeto a la caza y a los cazadores, de quien partidistamente sólo enviaba la información que le interesaba a título personalista. Aún así, por la seriedad, ética y profesionalidad que este medio sí tiene y ahora se le pone en duda, lo publicó. Del mismo modo, advertimos en aquel momento que no volveríamos a consentir tomaduras de pelo de ese tipo. Pues bien, ha pasado un año desde entonces, un año en el que ni la Real Federación Española de Caza ni el señor Gutiérrez —esta vez el padre— han enviado ni una sola información sobre sus actividades —campeonatos mundiales incluidos— y no han mostrado interés alguno por los cazadores que visitan esta web. Sí, señor Gutiérrez, efectivamente como usted indica, ‘para mear y no echar gota’ la falta de seriedad, ética y respeto que demuestra quien con usted comparte apellido. Parece olvidar, o seguramente mantendrá que desconoce, señor Gutiérrez, que cuando se prescindió del Secretario General de la RFEC hace unos meses, y se nombró en su lugar al señor Oscar Jurado, éste apareció en determinado medio afín a la entidad, como también está documentado, ofreciendo su predisposición a colaborar con todos los medios de comunicación, de manera que se pudiese ofrecer una buena información a todos los cazadores, situación ante la que este medio le remitió un educado correo solicitando esa información. Ni su entonces presumible y ahora ausente educación, por no hablar de la obligación que establece el puesto, animaron al mentado señor a contestar. Y parece igualmente olvidar en sus comentarios, señor Gutiérrez, que cualquiera que se dedique a visitar este medio encontrará información periódica de todas las entidades afines o no al señor Andrés Gutiérrez, que sí cumplen con su obligación de informar y así lo hacen. Así que mi inestimable, inigualable y nunca bien ponderado señor Gutiérrez, no pretenda en sus comentarios dar a entender que existe una situación que pueda perjudicar partidistamente a alguien, cuando es precisamente el presunto damnificado el que la está provocando, interesándole únicamente manipular la información en su propio beneficio y careciendo ya de la más mínima credibilidad en el sector, o por lo menos en la parte seria y con cerebro de él. Y si piensa que Club de Caza miente, solo tiene usted que proceder en defensa de sus intereses por las vías que estime oportunas. Intente, si lo desea, que otros terminemos acompañando al Presidente de la Real Federación Española de Caza en su calidad de imputado. Mientras tanto, aléjese de ese comportamiento oligofrénico profundo en el que se mueve y déjese de falacias, o se expone a que la madre del señor Forrest Gump se dedique a regalarle adjetivos concretos.
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