Luis Arranz, Premio Nacional de la Sociedad Geográfica Española

El biólogo Luis Arranz, director del Parque Nacional de Garamba en el Congo y principal defensor de los elefantes frente a los furtivos, acaba de recibir el Premio Nacional 2007 de la Sociedad Geográfica Española «por su tenaz lucha contra la caza ilegal y por proteger la flora y fauna de zonas amenazadas».


 Luis Arranz en África. Foto A. Pérez Henares.
Luis Arranz en África. Foto A. Pérez Henares.
El parque cuenta con una superficie equiparable a la del Principado de Asturias y los cazadores furtivos son un grave problema, pese a que su número ha descendido
Arranz se muestra ilusionado por el galardón, pero matiza que siempre se reconoce a biólogos como Diane Fossey —que estudió el comportamiento de los gorilas— o Jane Goodall —el de los chimpancés—. En cambio, dice Arranz, nunca se habla de los guardas africanos «que dan la vida por defender a los animales» —once guardias de su equipo murieron a manos de los furtivos en uno de los parques que ha dirigido—. Arranz confiesa que llegó a Africa «de casualidad», ya que al no encontrar trabajo en España decidió atravesar ese continente con un amigo en una furgoneta que «dejó de funcionar en mitad del desierto de Zimbabue». Entonces decidió quedarse allí a trabajar en proyectos de conservación de parques naturales y, después de continuar su labor en Sudamérica, volvió al continente africano para dirigir parques en Guinea Ecuatorial, Chad y Congo, en donde la Unión Europea y la Agencia Española de Cooperación financian su gestión, que comenzó a primeros de 2008. Más de trescientas personas trabajan para Arranz en Garamba (Congo) entre guardianes, carpinteros, mecánicos, albañiles o pilotos de avión, en donde viven aislados. El parque cuenta con una superficie equiparable a la del Principado de Asturias y los cazadores furtivos son un grave problema, pese a que «su número ha descendido», según Arranz. Si la organización del parque logra detener a los cazadores, éstos son entregados a las autoridades locales, aunque «no hacen mucho por remediar el problema», según Arranz. En el parque que dirige en Congo únicamente quedan cuatro ejemplares de rinoceronte de los mil que había en los años cuarenta y, aunque el elefante es el más buscado por el marfil de sus colmillos, «no está tan amenazado», puesto que aún se conservan unos cuatro mil. El marfil es recogido por una red de tráfico en Sudán que los traslada a China y Japón, los principales clientes, aunque sigue habiendo demanda en Europa y EEUU. El biólogo denuncia que «el sentido de la vida no es igual en Africa que en España» porque no les importa jugársela para conseguir esos colmillos por algo de dinero, «que tampoco les va a sacar de su pobreza». «Hay gente que mata una jirafa para cortar los pelos de la cola y hacerse una pulsera, y la jirafa la dejan ahí tirada, así que no es porque se mueran de hambre», según Arranz. Al problema de la conservación animal en el continente africano hay que añadir otros como la contaminación de los ríos o la tala de madera que reduce el hábitat del gorila, el chimpancé y el mandril. Arranz asegura que el principal obstáculo para solventarlos es «la corrupción», puesto que Africa «no es pobre» y algunos países presentan ya contrastes, como la generalización del uso del móvil en zonas sin agua ni luz. Antiguo jugador de rugby, echa de menos los partidos de su equipo, el Cisneros, y a sus amigos de Navas de Asunción (Segovia), pero prefiere vivir en un sitio maravilloso donde «no hay un día igual a otro» y donde trabaja para que dentro de cuarenta años no se diga «aquí había», sino «aquí hay elefantes».
Comparte este artículo
Autor: 
  
5596 0

Publicidad