Una podenca andaluza queda inmóvil ante una paloma torcaz
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Una podenca andaluza queda inmóvil ante una paloma torcaz

Aunque no se pueda denominar como muestra, la parada que efectúa esta podenca andaluza ante una paloma torcaz que ha visto frente a ella se convierte en algo muy similar.


Francisco Manuel Díaz es el orgulloso propietario de Lola, una preciosa podenca andaluza que cumple 2 años el 15 de este mes de diciembre. Ambos viven en La Calahorra, en la provincia de Granada. Allí comparten caza y vida.

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Lola y Pancha, su compañera desde que eran cachorras.

Una perra de boca blanda

Le pedimos al cazador de mayor y menor que nos cuente las virtudes de Lola en el campo. Esto es lo que nos cuenta: “Es una perra que desde que me la regalaron con tres meses ha estado conmigo día tras día, tanto de cacería como en trabajos del campo. Recuerdo que empezó cogiendo saltamontes para jugar con ellos. Nunca ha hecho intento de matar nada, siempre juega con todos los animales.

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Lola descansando en casa. A la derecha, preciosa figura la de esta podenca andaluza.

A eso lo denominamos los cazadores “perro de boca blanda”, pues nunca aprietan para matar los conejos y pájaros. Los coje y me los trae vivos. Hasta los ratones, y de eso tengo testigos. Es una perra polivalente, vale para pelo y pluma. Estos perros, la cacería la llevan en los genes”.

Además, Lola es una perra capaz de detener sus movimientos cuando detecta una posible presa. Es lo que vemos en las imágenes, en las que queda parada ante la visión de una paloma torcaz posada en el suelo. De manera parecida a como actúan los perros de muestra, la podenca avanza lentamente, moviendo una pata y después, otra, en lo que nos recuerda a la guía de los mostradores. Esto responde a un intento de acechar a su presa sin ser descubierta o que la relacione con un posible peligro, comportamientos que podemos observar en depredadores como el león o felinos como el gran tigre.

La mala vida que lleva esta perra de caza.

Una manera de actuar que podemos relacionar con lo que nos cuenta Francisco de su afición por atrapar insectos o pequeños roedores. Si acercándose de esta forma ha conseguido atrapar a alguno de ellos, esto ha reforzado de manera positiva la actitud, que intentará ante otros animales que quiera alcanzar.

 


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Imitación, otra manera que lleva al podenco a “mostrar”.

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