Cazadores mueven toneladas de tierra y piedras para salvar una de sus perras de caza
Pontevedra

Cazadores mueven toneladas de tierra y piedras para salvar una de sus perras de caza

Tres cazadores gallegos necesitan hacer uso de una retroexcavadora para rescatar a una de sus podencas. La perra había quedado atrapada en el interior de una madriguera cuando perseguía un conejo a más de tres metros de profundidad. Compartimos el momento en el que los cazadores liberan a la podenca tras más de cuatro horas de arduo trabajo.


La pasión por la caza de la hembra puso en riesgo su vida. Luna fue la primera de los podencos de Hipólito Varela en adentrarse en la hura. Dos de sus compañeros de recova en su intento de apresar al conejo que se había guarecido en el agujero enterraron a la podenca. Según Marcos Sánchez, uno de sus rescatadores, en el momento de su liberación la perra tenía tres de sus extremidades atrapadas por la tierra.

 

Los cazadores necesitaron hacer uso de maquinaria pesada para rescatar a la perra de caza

Hablamos con Marcos, uno de los cazadores que formaba parte del operativo de rescate. El martes por la mañana mientras Hipólito Varela disfrutaba de una jornada de caza junto a sus podencos, se percató que tres de ellos habían penetrado en el interior de una madriguera siguiendo los pasos de un conejo. Dos ellos lograron salir por sus propios medios, mientras que Luna, una podenca de un año y medio, quedó atrapada bajo la arena.

El propietario de la hembra llamó inmediatamente a su sobrino Marcos para que acudiera en su ayuda para rescatar a la perra. El cazador se encontraba cazando jabalíes a gran distancia del lugar del accidente. Cuando Marcos llegó junto a su tío, estaba cayendo la noche, por lo que decidieron posponer el operativo de rescate hasta la mañana del siguiente día.

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De izquierda a derecha, con chaqueta roja, Emilio Domínguez, Varela con su perra y Marcos Sánchez.

El ayuntamiento y los vecinos de los cazadores acudieron en su ayuda

El hecho de que Luna se encontrara bajo unas enormes rocas hizo a Marcos solicitar la ayuda del alcalde del Concello de Moraña, situado en la provincia de Pontevedra. El edil, sabedor de lo sucedido, prestó a los cazadores una retroexcavadora propiedad del ayuntamiento. Lo que no sabían los gallegos era que la máquina se encontraba a varios kilómetros de distancia del lugar en el que estaba apresada la podenca. Ante la inviabilidad de utilizar el vehículo pesado cedido por el consistorio, los cazadores solicitaron la ayuda de un vecino, propietario de la empresa Excavaciones Suso, dueño de una retroexcavadora.

Suso se personó en el sitio que le indicaron los cazadores a las 11:00 horas. El trabajo de los gallegos fue laborioso, ya que una mala acción de la pala podía acabar con la vida de Luna. Tras cuatro horas moviendo rocas y arena, llegaron al lugar en el que se hallaba la hembra. Emilio, un amigo de Hipólito, fue el encargado, con la ayuda de una azada, de terminar de desenterrar a la podenca.

A las 15 horas por fin rescataron a la perra. Hipólito no pudo contener la emoción al tener a Luna sana y salva entre sus brazos. Milagrosamente, la podenca no presentaba lesión alguna. Nada más llegar a casa comió y se durmió.

 


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