.338 Winchester Magnum

En 1956 Winchester lanzó el primer cartucho magnum corto de primera generación: el .458 Win. Mag. Diseñado para abatir la caza africana más grande y peligrosa, la “nueva” munición presentaba la particularidad, única en ese momento, de que utilizaba una vaina recta obtenida a partir de la del .375 H&H Mag. que solo medía 2,5” (63,5 cm) para que se pudiera utilizar en rifles con acciones estándar.

Winchester 70 Alaskan: el primer rifle que disparó el .338 Win. Mag (foto: Winchester).

Pues bien, dos años más tarde Winchester anunció el lanzamiento de otros dos cartuchos diseñados con el mismo tipo y longitud de vaina, si bien no eran rectas sino agotelladas porque montaban balas de menor calibre: el .264 Winchester Magnum y, nuestro protagonista, el .338 Winchester Magnum, que, junto con el .300 Winchester Magnum comercializado en 1963 con una vaina un poco más larga (66,55 mm), completaron la serie de cartuchos magnum de “pequeño” calibre desarrollados por Winchester utilizando vainas acortadas y modificadas del .375 H&H Mag.

El Alaskan, como todos los rifles Winchester 70 anteriores a 1964 (acción pre-64), utilizaban un cerrojo sistema Mauser modificado muy seguro, fiable y rápido de recargar.

Ambos cartuchos, que se comercializaron un año después, se hicieron muy populares en poco tiempo, pero corrieron distinta suerte porque el .264 fue perdiendo poco a poco su popularidad con el tiempo mientras que la del .338 la ganaba y la ha mantenido desde entonces, como prueba el hecho de que prácticamente todas las fábricas de rifles y municiones de caza producen armas y cartuchos de este calibre que, además de potente pero con un retroceso tolerable, debió de parecerle muy curioso a los aficionados a las armas de la época porque cargaba proyectiles que tenían un diámetro poco usual: del mismo calibre que indica su nombre. Es decir, de 0,338 pulgadas (8,59 mm), poco corriente en cartuchos comerciales norteamericanos, pues según mi bibliografía, en Estados Unidos solo Winchester lo había utilizado hasta entonces en su .33 Winchester, que era una munición obsoleta para sus rifles de palanca (mod. 86) que data de 1902. Y tampoco era corriente en el resto del mundo, pues solo lo utilizaba la cartuchería inglesa .33 Belted Rimless Nitro-Express, introducida hacia 1923 por Birmingham Small Arms (BSA), que era muy inferior al .338 Win. Mag., pues disparaba balas del mismo calibre, pero de menor peso (165 grains), aunque a una considerable velocidad (914 m/s).

Winchester desarrolló todos sus magnum cortos de primera generación utilizando la vaina del .375 H&H Magnum, que aparece en la foto a la izquierda seguido del .458 Win. Mag (1956), .338 y .264 Win. Mag (1959) y .300 Win Mag (1963).

Para cazar por el mundo

Quizás porque el primer rifle que lo disparó era el Winchester 70 modelo Alaska, se considera que Winchester diseño el calibre para que pudiera utilizarse para abatir con seguridad la caza mayor más pesada y peligrosa de América del Norte, en particular para poder repeler el ataque de un oso grizzli. Y, de hecho, fue muy utilizado y probado con éxito desde un primer momento para este fin, incluso por cazadores profesionales que encontraron en este calibre la herramienta ideal para proteger con seguridad a sus clientes de un eventual ataque de un oso pardo.

Sin embargo, lo más probable es que Winchester proyectara desde un primer momento su cartucho para que se pudiera utilizar en todo el mundo y en todo tipo de especies de cualquier tamaño de piel fina, peligrosas o no, excluidas las especies más grandes y peligrosas africanas, para las que ya disponía de su “flamante”.458 Win. Mag, porque en este tipo de caza estaba prohibido utilizar calibres inferiores al .375 H&H Mag.

Hasta los años 80 Winchester mantuvo en producción la cartuchería .338 Magnum con sus tres proyectiles originales de 1959. Comenzando por la izquierda, cartuchos Winchester Super-X cargados con balas Power Point de 200 grains; Silvertip de 250 de grains y Power Point de 300 grains.

De hecho, al parecer y según se desprende de lo que indica Kenneth L. Waters en la edición de 1959 de Gun Digest, antes de lanzar el .338 Win. Mag., Winchester estuvo experimentando con proyectiles de 150, 180, 200, 250 y 300 grains que desarrollaban velocidades de 1.042; 960; 914; 823 y 747 m/s (3.450; 3.150; 3.000; 2.700 y 2,450 pies por segundo, respectivamente), aunque finalmente lanzó su cartuchería con las tres balas más pesadas. Además, momentos antes de su lanzamiento, el cartucho fue probado exhaustivamente en África (en Kenia y Tanganyka) en todo tipo de animales grandes y pequeños de piel fina en terrenos despejados y a diferentes distancias.

La prueba la realizó Charles Askins (coronel del Ejército de EE.UU), con éxito y los resultados se publicaron en otro interesante artículo de la citada edición de 1959 del anuario Gun Digest.

Balas Power Point de 300 y 200 grains junto a un cartucho con proyectil Silvertip de 250. La diferencia de tamaño de los dos Power Point es notable.

Cargas originales

Inicialmente, el cartucho se presentó cargado con balas Power Point de 200 grains, Silvertip de 250 grains y Power Point de 300 grains.

La primera bala debió de impresionar mucho a los cazadores norteamericanos de la época (aferrados desde principios de siglo a sus .30-06) interesados en cobrar especies grandes porque la trayectoria del “nuevo”cartucho con la Power Point era superior a la del .30-06 con proyectil de 180 y muy superior a la de las balas más pesadas que se utilizaban para abatir especies grandes con el .30-06. Les debió de impresionar tanto su eficacia que Winchester no solo la sigue cargando, sino que es uno de los proyectiles que más se utilizan en todo el mundo.

La Silvertip de 250 grains también debió de parecerle magnífica a los cazadores profesionales y deportivos que querían abatir las piezas norteamericanas más grandes, osos grizzly incluidos, porque no solo era capaz de abatirlas a corta distancia, sino que en este tipo de piezas grandes expandía bien a distancia considerables y, encima, describía una trayectoria muy similar a la del .30-06 con proyectil de 180 grains: a 300 m, la diferencia era tan solo de unos 2 cm a favor del .30-06 cargado con bala Silvertip de 180 grains.

Dimensiones del cartucho .338 Win. Mag.

Desde los años 80 no se fabrica porque se han desarrollado nuevos proyectiles con el núcleo soldado o con otros diseños más adecuados para que las balas expandan sin que se fragmenten, incluso de menor peso, caso de muchas balas actuales de 225 grains.

Más o menos desde la misma época, tampoco se carga la Power Point de 300 grains, no porque el proyectil sea malo sino porque es demasiado pesado y por esta razón “solo” desarrollaba una velocidad inicial de 747 m/s. Y aunque a corta distancia iba bien en las piezas más grandes no pudo competir con otros cartuchos de mayor calibre, en particular con el .375 H&H con bala del mismo peso, en la caza de las piezas más pesadas de piel fina ni tampoco se podía utilizar legalmente, como hemos apuntado, en las africanas de piel dura más grandes por falta de calibre. 

De izquierda a derecha, cartucho Remington cargado con bala Core-Lokt PSP de 250 granis junto a balas del mismo peso y proyectiles semiblindados de 225 y 200 grains, agrupados de dos en dos. Las de 250 son demasiado pesadas para usarlas en nuestro país.

Utilidad en España

Todo lo dicho hasta ahora se puede resumir diciendo que Winchester con el lanzamiento en 1959 de su rifle 70 Alaska, recamarado para el .338 Win. Mag, puso a disposición de los cazadores norteamericanos una munición con la que se podían abatir todas las especies del planeta de piel fina que, además, se disparaba en un rifle que tenía menos retroceso que un .375 H&H Mag y que era más ligero, manejable y rápido de recargar (*) que las armas que disparaban cartuchos de mayor o similar calibre, pero con vainas más largas y, por tanto, con acciones más largas.

Diversas cargas del .338 Win. Mag comparadas con 8x68S. El cartucho alemán es muy efectivo en nuestras especies, pero no ha podido competir en el resto del mundo con el .338 porque el calibre de este último es superior y se puede cargar con balas más pesadas, diseñadas para animales más grandes. Además, la oferta de cartuchos y de rifles del .338 es mucho más amplia e incluye semiautomáticos.

Y naturalmente un conjunto rifle-cartucho de estas características no fue ignorado por los demás fabricantes de EE.UU, ni tampoco por los fabricantes de municiones y de armas de Europa, quienes han fabricado infinidad de modelos de rifles, así como numerosos tipos de cartuchos que en la actualidad se pueden conseguir cargados con pesos de bala que oscilan entre los 200 y 275 grains, todos diseñados para cobrar especies grandes y muy grandes. 

Y como no podía ser de otro modo, el calibre también lo introdujeron en España los distribuidores de las distintas marcas que lo producían en Europa y EE.UU y terminó conociéndose y popularizándose, sobre todo en montería porque a corta distancia las balas más ligeras y expansivas normalmente expanden y ceden energía suficiente, aunque estén diseñadas para cazar a rececho especies más grandes.

Browning BAR .338 Win. Mag. Sin duda, el rifle semiautomático que más ha contribuido a popularizar el calibre en montería.

Recuerdo que cuando el calibre comenzó a tener cierto uso importante en montería, a partir de los años 90, muchos monteros opinaban que era un cartucho potente, pero con prestaciones inferiores a las del 8x68 S y no les faltaba razón porque el 8x68 S dispara proyectiles a alta velocidad, normalmente de muy buena calidad, que hasta el peso de 200 grains son, en general, más expansivos y eficaces que los del .338 del mismo peso en las piezas de tamaño medio que se cazan en España, tanto en rececho como en montería.

Otro semiautomático muy adecuado para cazar en las monterías y batidas españolas con este calibre es el Benelli Argo E Comfort porque, gracias a su acabado Comfortech, su retroceso es moderado. Se ofrece también sin alza y punto de mira (versión R1 Comfort).

Sin embargo, el 8x68 S no pudo ni puede competir con el .338 Win. Mag en el resto del mundo para cazar especies grandes porque este último puede disparar balas más pesadas, hasta 275 grains.

Y en España tampoco lo pudo hacer, sobre todo en montería, porque para el calibre americano se fabrican una variedad de rifles de cerrojo mucho más amplia y también semiautomáticos. Y en nuestro país, más que en rifles de cerrojo, el .338 Win. Mag se ha utilizado en semiautomáticos. Al principio en los Browning BAR, pues fueron los primeros que se comercializaron en este calibre (**), y muchos años después también en el Benelli Argo E y Sauer S303 y todos, sin duda, han contribuido a la popularidad del calibre.

Las balas más adecuadas para montería son las convencionales semiblindadas de 200 grains. Las de 225, salvo que sean muy expansivas o se disparen a muy corta distancia, pueden ser ya demasiado pesadas (poco expansivas).

Popularidad que, en opinión de este autor, podía ser mayor si los monteros antes de comprar cartuchos fueran conscientes de que los fabricantes cargan el calibre para lo que fue proyectado: con balas diseñadas para cazar animales grandes y muy grandes. Por tanto, como las piezas españolas son medianas o pequeñas, no se debe usar cualquier cartucho que se encuentre en el mercado, sino los que monten las balas más expansivas, que son normalmente las de 200 grains de peso y como mucho algunas semiblindadas de como máximo 225 granis, pues las más pesadas no expanden al no encontrar resistencia en animales tan poco corpulentos y solo detienen limpiamente la carrera de la res si, por casualidad, impacta en un punto vital, como la cabeza o en el espinazo.

(*) Porque la vaina era más corta y porque los Winchester 70 poseen un cerrojo Mauser modificado muy suave de recargar, además de muy eficaz y seguro.

El retroceso del .338 Win. Mag. se estima que es, aproximadamente, el doble de un .308 Win.

Texto y fotos: Juan Francisco París