Cómo sacar un jabalí de 150 kilos del monte
Crónicas de caza

Cómo sacar un jabalí de 150 kilos del monte

Los integrantes de la cuadrilla Monteiros o Fental se vieron obligados este domingo a recurrir a un winche, equipo que se usa para subir y bajar materiales, instalado en un todoterreno para poder arrastrar al enorme cochino que acababan de cazar hasta un camino cercano.


Los perreros del grupo de cazadores de la comarca de Carballino, situada en la provincia de Orense, se enfrentan cada semana a colosos como este. En ocasiones, dado el tamaño del animal, se han visto obligados a poner en peligro su integridad física echándose encima de jabalíes de más de cien kilos para salvar la vida de sus canes en un agarre.

Así se saca un jabalí del monte con el mecanismo cabestrante de un 4x4.

Los 150 kilos de jabalí subieron más fácilmente hasta el camino con este sistema de arrastre.

150 kilos de jabalí: el problema de sacarlos del monte

La carne de caza es uno de los alimentos más sanos y ecológicos que podemos consumir. La Unión Europea, sabedora de ello, junto a la Asociación Interprofesional de la Carne de Caza, hace dos años inició el proyecto ‘Carne de caza silvestre de Europa: Naturaleza en Estado puro’. Una iniciativa que tiene como objetivo poner en valor e informar a los consumidores de los valores nutricionales de la carne de caza.

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Espectacular trofeo el de este enorme jabalí gallego. En el centro, lugar donde los trailleros emplazaron al jabalí.

El domingo, los cazadores de la cuadrilla Monteiros o Fental tuvieron que aunar fuerzas para aprovechar la carne del jabalí de 150 kilos que abatió Juan Carlos, uno de los rehaleros del grupo. En esta ocasión, el perrero e Ismael fueron los encargados de aplazar al cochino con sus perros de rastro bajo un árbol caído.

Un cable de acero y un sistema de arrastre para acercar el jabalí al coche.

El enorme jabalí estaba encamado bajo un árbol.

Nada más soltar los canes, se produjo un duro enfrentamiento entre los perros y el enorme jabalí. El monstruoso animal se negaba a abandonar su ocultación. Los dos cazadores recorrieron, lo más rápido que le permitieron sus piernas, los 500 metros que les separaban del lugar de la pugna para acudir en auxilio de sus canes.

 

 

Juan Carlos derribó al macareno de un disparo en la oreja. Una vez cazado el impresionante cochino, comenzó la odisea de trasladarlo hasta los vehículos. Entre varios cazadores arrastraron al solitario. Los monteros, ya extenuados del esfuerzo, recurrieron al cabestrante de un vehículo 4x4 que se había desplazado hasta el lugar para llevarlo a un sitio accesible.

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