Caza un jabalí de 180 kilos y nos cuenta los detalles de verse frente a frente con la gran bestia
Crónicas de caza

Caza un jabalí de 180 kilos y nos cuenta los detalles de verse frente a frente con la gran bestia

Un cazador se enfrentó ayer a un jabalí de casi 200 kilos con la ayuda de sus perros, su arma y su cuchillo. Tuvo que echar mano de todo para frenar a una bestia que intentó embestirle en cuanto le vio.


Hablamos con Álex, el cazador que abatió la bestia de 180 kilos y grandes colmillos: “El jabalí venía hacia mí con 15 perros encima. Tuve que apuntar con toda la serenidad que pude. Elegí la cabeza para no dañar a ningún perro, y disparé, pero el tiro no fue definitivo”.

Son las palabras de un cazador que ayer abatió el jabalí más grande que se recuerda en la zona. Nos tenemos que ir hasta Albalete del Arzobispo, un municipio de la provincia de Teruel, donde encontramos a Álex Calderero, un experimentado cazador que vivió el lance más inolvidable de los que ha disfrutado hasta el momento.

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Estos son los enormes jabalíes cazador ayer en Teruel. A la derecha, los cazadores junto al gran jabalí.

Suele salir al monte junto a sus compañeros y ayudado de sus perros. Conejeros, como los describe, que son perros de rastro, y canes de agarre, que son un alano español y un villano de las Encartaciones. Todos forman un equipo compenetrado y completo encargado, por una parte, de detectar y levantar a los jabalíes en lo más intrincado del monte, y, por otra, de agarrarlo cuando así lo requiere el lance de caza.

Es precisamente lo que sucedió ayer.

Los perros dan pronto con los jabalíes

Álex nos cuenta que nada más soltar a los perros del remolque comenzaron las ladras. Él y su compañero Víctor eligieron un lugar de grandes zarzales en los que los canes se introdujeron por los caños abiertos precisamente por los jabalíes. Allí comenzaron las carreras, ladras y refriegas enseguida. Los cazadores rodearon el zarzal por ambos lados dado que era imposible entrar allí.

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Inmenso el cuerpo del jabalí. No solo es grande en tamaño, sino que contaba con grandes colmillos.

Un primer jabalí de 135 kilos

Tras unos minutos, los cazadores apostados tuvieron opción de disparar desde los lugares elegidos para las posturas. Les avisaron por la emisora: habían abatido un gran jabalí que a la postre pesó 135 kilos. “Nos alegramos mucho por partida doble”, reconoce el cazador, “Ya que nos gusta que gracias a nuestro trabajo y al de los perros los compañeros consigan matar jabalíes. Pero también porque cuando se caza al macho grande, el peligro para los perros, generalmente, se reduce mucho al quedar en la zona solo hembras y ejemplares de menor porte”.

Pero el cazador recalca lo de “generalmente”. Porque no es lo que sucedió ayer en aquel zarzal. Tras abatir Víctor una hembra más y otra en las posturas, los cazadores volvieron a la zona inicial del zarzal. Allí los perros comenzaron a ladrar nuevamente.

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135 kilos pesó el primer gran macho abatido durante la cacería.

Un jabalí de casi 200 kilos

Así nos cuenta Álex aquellos momentos de tensión y emoción: “Mi compañero creyó que la ladra era a un jabalí ya abatido, pero algo me decía que allí había otro bicho”. Y no se equivocaba. Lo descubrieron cuando el animal, de un tamaño indescriptible por su enormidad, se tiró a una acequia y comenzó a pelear con los perros. Víctor no pudo disparar, y Álex no dudó y corrió para auxiliar a sus conejeros y perros de agarre. Al llegar al lugar, el jabalí dejó a los perros y se centró en el humano que había tenido la osadía de plantarse frente a él.

El jabalí intenta embestir al cazador

“Cuando un jabalí grande ve a una persona, siempre intentará atacarle. El peligro que percibe en el cazador es mayor que el que le transmiten los perros”. Así nos explica este veterano cazador, curtido en mil batidas, la reacción del macareno, el más grande que recuerdan en la zona. Disparó con todo el cuidado del mundo, como nos ha explicado ya, pero no consiguió matar al animal.

Momento en el que descargan el enorme jabalí de 185 kilos.

Remate a cuchillo

Entonces ya no pudo repetir el tiro, porque los perros estaban encima del enorme cuerpo del jabalí. Se posicionó por detrás y hundió la hoja de su cuchillo de remate en el lugar donde tenía que hacerlo, como nos dice. Pero el macareno no moría. Hasta en tres ocasiones lo repitió, pero la bestia contaba aún con la energía suficiente como para levantarse e intentar huir de allí, sabiéndose vencido y muy mermado. El cazador no iba a permitírselo. Había herido a dos de sus perros, y la cacería debía acabar con la muerte de un animal tan peligroso a manos de su propietario. “Los cuidas desde que naces y los coges mucho cariño. Son parte de la familia. Los criamos entre compañeros. Yo mismo he criado muchos de mis perros”, nos dice Álex

El tiro de gracia

Así que apuntó al inmenso lomo y disparó cuando los perros no estaban cerca. Ese fue el final del jabalí más grande cazado en la zona. Un animal del que Álex sospechaba el tamaño por las huellas y rastros que había descubierto por esos montes y por lo que le habían dicho algunos vecinos, “pero no imaginaba que iba a ser tan grande”.

Pero el cazador no se quedó a disfrutar de lo que acababa de vivir. Avisó a sus compañeros: “He matado uno muy gordo”, les dijo, “Recoged a los perros, tengo que ir al veterinario”. Y salió de allí para que atendiesen a sus compañeros de caza.

Algo que les agradecerá siempre: “Quiero acordarme y agradecer a mis compañeros de caza todo lo que hicieron por mí esos momentos. Es algo que se queda en la cuadrilla, pero el compañerismo en esos momentos no lo olvidaré nunca”.

¿Qué se siente al enfrentarse a un jabalí tan gigantesco?

Esta es una pregunta que le hemos querido formular desde el momento en que nos enteramos de cómo consiguió cazar al jabalí: “Adrenalina. Es indescriptible. Otros la buscan en la velocidad. La caza te da estas sensaciones que no puedes describir”.

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