Por centímetros los jabalíes no causan dos accidentes de tráfico seguidos
Una autovía muy transitada no es el mejor lugar para una piara de jabalíes. Sobre todo, cuando consiguen romper las vallas que las custodian y acceden a la calzada entre los coches. Es lo que sucede en este vídeo.
Una numerosa piara de jabalíes va buscando un lugar por el que atravesar el vallado que protege la carretera. Avanzan de manera paralela tentando los alambres hasta que el animal que va al frente choca violentamente con otro vallado. Ahí pasan unos segundos de incertidumbre en los que los cochinos se agrupan sin saber cómo y por dónde continuar.
Una valla no es obstáculo para los jabalíes
La persona que graba las imágenes toca el claxon de su vehículo, lo que causa que se asusten y vuelvan sobre sus pasos durante varios metros. De repente, se detienen colocando sus jetas presionando la valla metálica hasta que consiguen encontrar un agujero y ampliarlo lo suficiente como para que el primer jabalí la atraviese. Tras él, el resto no tarda en seguir sus pasos.
Un milagro evita la tragedia
Al fin consiguen lo que buscan. Es cuando comienza un terrible peligro para los vehículos que circulan por la autovía. Corren a toda prisa e invaden la primera carretera, una vía rápida de dos carriles. Allí, un turismo pasa entre el tercer y el cuarto jabalí, a pocos centímetros de chocar con ambos. Ese conductor puede agradecer la fortuna que le ha ayudado a evitar el siniestro.
El resto de jabalíes, hasta llegar a los once que componen la piara, cruza la calzada. Pero ahí no ha acabado el peligro que llevan consigo estos animales. Aún queda el otro sentido de la autovía, está vez con tres carriles, dos de circulación y otro de desvío.
Cruzan otra carretera entre los frenazos de los coches
Vuelve a suceder lo mismo. Un coche frena al ver a los jabalíes que están cruzando y activa las luces de emergencia para avisar a los que circulan tras él. Por fortuna, vuelve a evitarse el accidente y los jabalíes han llegado al otro lado, aunque en la zona vemos muchas carreteras que cruzarán en su marcha.
Antonio López Espada
