Isabel II, la muerte de una gran cazadora
El mundo cinegético llora la muerte de la reina de Inglaterra, una de las principales valedoras de la caza en el viejo continente. En sus más de siete décadas de reinado defendió públicamente su condición de cazadora a pesar de las presiones recibidas por parte de la sociedad británica.
La salud de la reina comenzó a declinar desde que muriera, en abril de 2021, su esposo, Felipe de Edimburgo. Isabel II ha fallecido este jueves en su residencia de Balmoral. La soberana fallece a los 96 años.
Los Windsor una dinastía de cazadores
Tanto en España, como en Reino Unido, la caza siempre ha estado vinculada con la monarquía. La familia real británica encabezada hasta el día de ayer por la reina Isabel II es un ejemplo de ello. Tradición que continúan los hijos y nietos de Isabel II, pese a la oposición de la opinión pública de Reino Unido.
El príncipe Guillermo, gran ecologista, es presidente de la asociación conservacionista Unidos por la Vida Salvaje, y cazador, nieto de Isabel II, hijo mayor de Carlos, príncipe de Gales y Diana. Kate Middleton, esposa del príncipe, comparte la afición por la caza con su marido. En el año 2018 la soberana se convirtió en el foco de las críticas de la sociedad inglesa cuando se filtraron las imágenes del príncipe George de tan solo cinco años edad acompañando a Isabel II en una cacería que tuvo lugar en el castillo de Balmoral en Escocia, lugar que acostumbra visitar como tradición cada año a finales del verano.
La reina realizó este viaje con sus bisnietos George y Charlotte, Kate Middleton, el príncipe Guillermo, el príncipe Carlos, el príncipe Eduardo, la princesa Ana, Zara y Mike Tindall para celebrar una cacería de urogallos.
Isabel II celebra la Navidad con una jornada de caza
La afición cinegética de la difunta monarca británica era tal que en el año 2020 siguiendo los consejos del gobierno británico suspendió la tradicional comida familiar en Sandringham y la misa en la iglesia de Sainte-Marie-Madeleine. La pandemia mundial que en ese momento asolaba el mundo aconsejaba no celebrar reuniones familiares en lugares cerrados.
La soberana, para reunir a su familia en esta señalada fecha, organizó una jornada de caza que reunió a los miembros de los Windsors, ya que se trataba de una actividad que se realiza al aire libre donde las posibilidades de contagio son casi inexistentes.
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