María Victoria Arruga intenta confundir a los cazadores y ocultar los resultados obtenidos en la prueba a ciegas de FEDENCA. Es una falsedad decir que la RFEC está intentado adquirir su patente. ¿Para qué?
El pasado 4 de febrero
se hacía pública una noticia en la que se informaba que el grupo de investigación que coordina María Victoria Arruga había obtenido la patente europea para determinar la garantía genética de la perdiz roja. Ahora, como consecuencia de aquel escrito, FEDENCA hace pública la nota que transcribimos a continuación:
Después de la primera fase del proyecto de FEDENCA en el que siete laboratorios, entre ellos el de la doctora Arruga, analizaron 266 muestras desconocidas de ADN de perdiz, quedó patente que ninguno había conseguido los aciertos suficientes para garantizar el grado de eficiencia que pretende y requiere la calidad de nuestro proyecto. Ni siquiera los laboratorios que obtuvieron mejores resultados —que siguen todos en esta segunda fase— se han considerado satisfechos. Por ello, entre los genetistas participantes y los expertos colaboradores de FEDENCA consideraron imprescindible intercambiar los marcadores genéticos, que fueron seleccionados entre los utilizados por cada uno, porque habían obtenido más precisión en esos análisis ciegos. A la vez, acordaron desarrollar un método común de actuación para analizar un segundo lote, en esta fase que finalizará en breve, y en la que ya no participa Arruga.
Para esta segunda fase se seleccionaron definitivamente 26 marcadores SNP, de los que 3 eran de Arruga. Esta selección fue aceptada por todos los genetistas, incluida la citada doctora. Se entiende que por no haber informado correctamente a su laboratorio de la UNIZAR sobre la realidad de nuestro proyecto, esta entidad hizo una petición (que entendimos fuera de lugar) solicitando 15.000 euros a FEDENCA por aportar 3 marcadores al proyecto y recibir 23. Lógicamente, contestamos hace unos meses comunicándoles la realidad de la situación y a la señora Arruga diciéndola, entre otras cosas, que no contamos con su participación y lamentamos no poder avalar sus análisis por cuanto, por lo realizado hasta la fecha en nuestro proyecto, no podemos asegurar que haya conseguido el grado de calidad que perseguimos y que sin duda alcanzarán los demás laboratorios que comparten los 23 marcadores seleccionados. Es necesario realizar cada año pruebas de calidad (Proficiency testing) para mantener el grado de eficiencia en el tiempo. Decir que el laboratorio de la señora Arruga es “el centro mundial de referencia” es intentar manipular burdamente la opinión pública y adjudicarse galardones que ni por asomo la corresponden.
FEDENCA, junto con el IREC, presentaron en la oficina de patentes, en 2005, el mismo año en que lo presentó la doctora Arruga, cinco marcadores genéticos. Hay muchos más patentados y habrá muchos más con el tiempo. Esto no significa nada determinante. Somos conscientes que patentar unos marcadores genéticos no significa, como dice Arruga, tener contrastada ninguna calidad ni garantía de nada, prueba es que en ningún lugar de su patente figura ningún dato de eficacia en términos de sensibilidad o especificidad de la invención. Patentar significa, simplemente, que lo que patentas queda protegido para su utilización. Por aclarar algo más, decir que los marcadores tipo RAPD que están en la patente de Arruga, han sido desestimados en nuestro proyecto por los problemas que presentan, hecho que es sobradamente conocido por la comunidad científica, pues no son aceptados en publicaciones tan prestigiosas como Molecular Ecology Resources, especializada en información molecular.
Autoproclamarse con desenfrenado autobombo que el laboratorio de Arruga es la referencia mundial para emitir certificados de autenticidad de las perdices es, además de un acto de pedantería y poca seriedad, una demostración de poca elegancia al desdeñar el trabajo de excelencia que hasta ahora sólo han demostrado otros laboratorios.
FEDENCA, que ha costeado el proyecto, y los seis laboratorios de reconocido prestigio que están finalizando esta segunda fase van a informar debidamente a todos los sectores implicados en el manejo de perdices a los que van a favorecer con análisis en condiciones de manejo más favorables y económicos. La Real Federación Española de Caza, que no tiene ningún objetivo crematístico, lamenta que por intereses espurios se esté creando inquietud y desinformación sobre un aspecto tan importante como es el de la preservación del patrimonio genético de la perdiz roja, que es lo único que nos interesa a los cazadores.
