Polémica

Así se desmonta la carta que lo ecologistas han enviado al Gobierno para detener los controles de las especies que devastan los cultivos

Los grupos ecologistas Amigos de la Tierra, Ecologistas en Acción, Greenpeace, SeoBirdlife y WWF han firmado una carta dirigida a los ministros de Agricultura, Pesca y Alimentación y de Transición Ecológica. Esta es la realidad ante su exigencia de no permitir el control cinegético.


 Carta ecologistas gobierno exigiendo no cazar conejo y jabalí
Carta ecologistas gobierno exigiendo no cazar conejo y jabalí

En esta misiva, los ecologistas aseguran que las autorizaciones para controlar especies como el jabalí o el conejo de monte durante el Estado de Alarma «son totalmente inapropiadas y en gran medida no basadas en argumentos técnicos ni ajustadas a lo establecido en la normativa aplicable».

Defienden que no se han cuantificado los daños

Comienzan asegurando que no se han aportado «cuantificaciones contrastadas de los daños». Quizás deberían salir de sus despachos y visitar las oficinas de medio ambiente y agricultura de las distintas administraciones autonómicas y cuantificar el número de denuncias y quejas que han enviado los agricultores. Esos que están a pie de campo cada día. Algo que no les vendría mal a estas organizaciones ecologistas antes de intentar evitar a toda costa el control cinegético.

Sin estudios poblacionales de las especies en conflicto

Otra de las argumentaciones que incluyen en la carta es que no se han realizado estudios poblacionales de las especies en conflicto. El desconocimiento de estas organizaciones, que representan al movimiento ecologista en nuestro país, es insultante.

Cada año se realizan declaraciones de emergencia cinegética. Las autorizaciones de control de especies se han basado en estas declaraciones. Y este estado tiene un significado que deberían estudiar. Cuando una especie supera un número determinado por kilómetro cuadrado, por ejemplo, en Cataluña, más ocho jabalíes cada kilómetro cuadrado o más de 50 conejos en el mismo espacio, se declara esta emergencia cinegética.

Y algo muy importante: el titular cinegético está obligado por ley a gestionar la sobreabundancia de la especie que causa los daño.

¿Sin resultados tras años de aplicación?

¿Alguien ha preguntado a los agricultores si la caza ofrece resultados para que año tras año puedan recoger lo que meses antes siembran en sus campos? Parece que no ha sido así. Justo antes de la declaración del Estado de Alarma, los cazadores acudieron de manera totalmente gratuita a la llamada de socorro del Gobierno de Aragón. La plaga de conejos devastaba las cosechas de 118 municipio.

Tras la actuación de los cazadores, se constató que un 66 por ciento de los terrenos afectados habían experimentado un descenso de los daños agrícolas del 57 por ciento, como así recogió el informe bimestral que presentan los titulares de los terrenos cinegéticos al Gobierno de Aragón.

No es caza: es control de sobrepoblación

No les cabe en la cabeza que no estamos hablando de caza. La siguiente frase es lo más manipulado que leerás hoy:

-«Tras analizar jurídicamente la situación consideramos que una actividad de naturaleza lúdica y de ocio, de carácter no profesional, como es la caza no se puede llevar a cabo durante el estado de alarma».

¿Un «mal mensaje a la población»?

Cuando los ecologistas dicen que «Mal mensaje se daría al resto de la población si un determinado grupo de personas pudiera desplazarse para cazar, por muchas medidas preventivas que se prevean, mientras el resto aguarda pacientemente en casa sin poder salir de ella hasta que finalice el confinamiento», la respuesta es tan simple que no se debería ni ofrecer, pero aquí va.

El mensaje que se va a lanzar a la sociedad es el siguiente:

Los cazadores van a dejar la seguridad de sus casas para acudir a la llamada de ayuda de los agricultores. Pero eso no acaba ahí. Los cazadores arriesgarán su salud para que el ciclo agrícola tenga éxito, porque si los agricultores no logran sacar adelante sus cosechas, no habrá alimentos que llevar a los supermercados. Y los pocos que lleguen, tendrán unos precios altísimos.

La caza es su competencia para conseguir subvenciones de cientos de miles de euros

Pero esto no les conviene reconocerlo. Lo único que les interesa es acabar con la caza, una herramienta eficaz en el control poblacional. ¿Para qué? Para que esas subvenciones que les otorgan para realizar supuestos estudios para un control alternativo de esos mismos animales.

Esto se llama intentar acabar con la competencia.

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