Nadie puede asegurar que este año hay codornices a rabiar

Bueno, en contados lugares de vega donde se alterne el regadío con el secano, habrá codornices, pero ni eso se puede asegurar como consecuencia de una meteorología que ha dejado mucho que desear, ya que las codornices empezaron a entrar en marzo, abril y mayo, pero esas muchas que todos oímos subieron Península arriba yendo a parar a Francia y desde Francia se dispersaron por toda su área de veraneo y por esos lares quedarán esperando la contrapasa a mediados de septiembre o antes.


Pero podíamos estudiar las que se quedan aquí soportadas mediante una aplicación informática que dé cabida a un Sistema de Gestión Geográfico (SIG) donde buscando el común denominador de unos cuantos años obliguemos a hacer cábalas que nos acerquen a una realidad que ignoramos, pues un año no es nada. No podemos depender de lo que nos digan los interesados, quienes siguen haciendo estudios remunerados pero con un sesgo tal como, por ejemplo, vendiendo tarjetas, perros y un largo etcétera que en estas épocas no se van a poder pagar, y menos en esta España Científica y obsoleta que soporta todavía un número de cazadores en unas organizaciones que ya hace tiempo que están fuera de lugar. «Dejen paso a los jóvenes».

Se hacen estudios, muestreos, conteos, estimas que les sirven a unos cuantos para vivir del cuento y a todas las entidades menores de España para tener un ingreso que registrar con el cargareme de la caza y ahora de las setas y los hides fotográficos.

Los estudios de opereta no los lee ni «el Licenciado Libruno, que escribió un libro para todos y no se lo leyó ninguno».

Mi trabajo para informarles

¿Para qué les voy a mentir? «Si para lo que le queda al fraile en este convento, lo mismo da que cague fuera que dentro». Ni hay las codornices que dicen por no tener datos anteriores para contrastarlos, ni hay datos fiables por no estar homogeneizado su soporte y tratamiento de los citados. He llamado a los del Seprona, a las autonomías y… nada. ¿Hay que llamar a los conventos y a las casas de lenocinio? Todo son contradicciones. Todo son balones fuera. Todo son bobalicones del «NO ESTÁ DISPONIBLE EN ESTE MOMENTO?». ¡¡¡Venga ya…!!!

Pero tengo amigos, como por ejemplo: Manuel Bajo Herrero. Un hombre de Saldaña (Palencia) que aparte de ser un gran cazador es agricultor y ganadero de ganado no estabulado ni de productos agrícolas bajo toldo de plástico.

Lo primero que me dice es que tenga en cuenta que llovió mucho en mayo y junio y que la codorniz se ha quedado en La Vega de Saldaña que a «grosso modo» podemos ubicarla entre Villanueva de los Nabos y Acera de la vega. Una superficie, esta última, a la que no le falta el agua, ni los girasoles o el trigo y el maíz. Todo ello un paraíso para la codorniz, pues en sus tremendos linderones hay grana de hierba de muchas plantas muy golosas para los fringílidos, las codornices y hasta para las perdices.

Por tierras de La Bureba burgalesa pintan bastos

Bueno, de los de por aquí (Álava), les dirían que estoy mucho en el campo preguntando, carrilaneando, siguiendo a las cosechadoras y empacadoras que, un año más, ya han cosechado y empacado la cebada y la colza además de una gran parte del trigo, sin olvidarnos de la famosa grada el día que caen cuatro gotas. Al paso que vamos, cuando se desvede el campo no vamos a tener un lugar donde cazar la codorniz o muy pocos. Lugares todos ellos donde peligrarán los tiros, que sin querer, nos damos unos a otros. El resto son macanas.

El sábado día 17 hacía un calor que ponía el mercurio en los 41 grados y el viento no movía ni una hoja de chopo. Pero me recorrí lo más significativo de La Bureba (Burgos). No vi ni una, «repito: ni una». A lo mejor el calor las hizo esconderse más de lo debido y azorrarse de forma muy sibilina, pero hablé con varios tripulantes de los de la cosechadora y de la recogedora de paja y… unos me dijeron que sí y otros que: «verdes las han segado».

A la vista de la meteorología me tomé con mi mujer un par de refrescos en Briviesca y nos fuimos a un pueblo que está al lado y se llama Quintanilla Cabe Rojas (La Bureba Burgalesa). Una vez allí me encaminé a un pequeño montículo con paredes cortadas en vertical, donde en lo más alto de la cumbre han colocado un cañón M-60 Patton que a simple vista no le falta nada. Lo pueden ver por Internet a través de Google. Poco pude estar allí ya que para más adorno han plantado retama alrededor del fuerte tapando las principales colonias de abejarucos. No obstante pude sacar unas fotos muy bonitas. Después me fui a Pancorbo en espiral y no vi más hombres a la sombra y cosechadoras y empaquetadoras laborando. Nada de nada.

¿Qué problemas podemos achacar para que no haya codornices?

  • Meteorología adversa con fuertes tormentas.
  • La velocidad de las cosechadoras peinando la siega.
  • La recogida de la paja de inmediato a una velocidad de espanto que engullen hasta a los ratones.
  • La falta de linderas y linderones que les proporciona semillas para curarlas llegado el momento de necesitarlo.
  • Al cosechar y empaquetar la codorniz no tiene donde guarecerse y toda la suerte de depredadores anda al acecho.
  • Todo el campo está lleno de bebederos con un agua maloliente que las envenena en vez de quitarlas la sed (Caro precio).
  • El campo, a pesar de la tremenda mecanización con segadoras y recogedoras cuyos bancales no podíamos ni siquiera pensar en ellos hace 10 años.
  • Los constantes insumos dejan huella a punta pala.
  • La gente pone por las noches los digitalizadores para atroparlas a su alrededor, madrugar y antes de salir el Sol tener una percha monumental, mientras los que van de buena fe, se van de vacío después de haber pagado.
  • Etc., etc.

Seguiré informando y si ustedes tienen la ocasión, hagan una pequeña prospección que nos pueda servir de comparación. Pero no lo hagan mediante los perros, que esos los ven desde casa Cachán y la multa es monumental.

Resumen final

A fecha 18-07-2021, todavía había mucho por segar, sobre todo en Castilla y León. De lo que podemos escribir con una cierta fiabilidad es que si trazamos una línea paralela desde Aranda de Duero (Burgos) para abajo, la sequía y las tormentas las han espantado. Es más, yo diría que desde la Ruta de Lerma y Campos del Bajo Arlanza para abajo, salvo algunos alfalfales en Castilla-La Mancha, no hay ninguna coturna aun cuando siempre queda alguna de testigo.

Es curioso que tenga que decir que en el Condado de Treviño (Burgos), toda Álava y Navarra no arboladas hay codornices y es donde yo las fotografío. La próxima semana se lo podré explicar todo con más precisión, pero creo que: PINTAN BASTOS, salvo en pocos y pequeños lugares de España.

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