No tantas codornices como pronosticamos

Perdonen mi mala educación por ponerme en primer lugar, pero estoy seguro de que lo comprenderán. Mientras estudio los pasos de fauna de las carreteras alavesas, voy tomando nota de las codornices que veo.


Es más, cosechadora que veo, cosechadora que abordo para preguntar por lo que levantan y a estas alturas he llegado a la conclusión de que al lado de aquellas cosechadoras o enfardadoras que no trabajan acompañadas por cigüeñas, gaviotas, cernícalos y otros depredadores, es bobada preguntar, por eso les sigo con los prismáticos perdiendo tiempo de lo fundamental que hago a estas alturas del calendario. No obstante, la citada regla tiene su excepción, pues en Palencia, sin ir más lejos, ya hace unos años que la abundancia de depredadores puede conllevar topillos (Microtus arvalis), sobre todo en Tierra de Campos de Castilla y León, donde han venido o los han echado para quedarse. No lo sé.

De todas las maneras los antiguos postes que servían para llevar de un sitio a otro la luz eléctrica o la telefonía, fueron donados en su día a GREFA. A esos palos se les puso en la punta un cajón que sirve para que críen los cernícalos primilla y otros depredadores tales como las lechuzas, los cernícalos comunes y otros terribles azotes para las codornices y sobre todo para sus pollos. Esto nadie lo ha nivelado ni protestado por tratarse de los señores ecologistas. Por eso la gente que no quiere líos, se calla. Por eso y porque las eléctricas subvencionan a los señores ecologistas a fin de que se callen la boca. Y lo hacen, ya lo creo que lo hacen.

Las carreteras de Álava

Siempre las carreteras de Álava fueron de las mejores de España cosa que se tenía a gala, si bien es cierto que últimamente han pegado un bajón tremendo que están modificando de la mejor manera posible, motivo éste por el que he dedicado muchos de mis paseos diarios en fotografiar todo un mundo de pasos subterráneos, aéreos, arbóreos, de mallas, odoríferos, etc. Toda una mezcla de: ingeniería, obra pública, obra civil, biodiversidad, meteorología adversa y diversa, agricultura y ganadería, entre otras disciplinas trabajando en comandita.

Pues bien, en esos paseos fotográficos al ir de paso animal en paso animal me saltaron codornices a últimos de marzo, bastantes en abril y muchas en mayo. Codornices que, por regla general, se van todas ellas, para Francia, pero siempre se queda alguna a criar en España. A primeros de junio hubo días que el campo se inundaba con los cánticos de machos fogosos tratando de concitar en pos de si a esas hembras deseosas de aumentar la especie. El señor Garrido (posiblemente el cazador que más sabe de codornices en España), venía a decir lo mismo. O sea: lo que a personas como un servidor de ustedes (que soy yo) dije; al igual que el presidente de la Real Federación Española de Caza en Navarra de nombre José Ángel Remírez. Mi humilde persona no se quedó atrás en el diario de noticias de Gipúzcoa, pero no dije nada de Álava (por si acaso, que luego dicen que lo veo todo negro). Dije lo que el reputado periodista transcribió con toda honestidad. Y esto fue lo siguiente:

«La situación en los campos de Araba y La Rioja también se presenta similar a la del año pasado. La llegada de codornices está siendo irregular, en función del tiempo, y tras el paso de una primera tanda, la segunda se ha quedado y nidificado, apunta Romero. Aunque reconoce que en esta ocasión ha habido un cierto adelanto con respecto a otras campañas, los machos están cantando bastante para atraer a las hembras, lo que resulta prometedor».

Juan Antonio Sarasketa Leguina, posiblemente el columnista más leído de El Correo, viene a decir lo mismo enfocándolo de diferente manera: Si el tiempo acompaña y el calor no aprieta, es posible que la temporada sea buena de codornices. Pues entrar han entrado, y muchas. Ahora bien, como es lógico, el hábitat y la altitud son vitales para que aguanten en las zonas con tradición codornicera. ¡Falta hacía, con la que les está cayendo a los cazadores por todos lados!

La meteorología no las ha facilitado nada habiendo lugares donde las ha matado.

Por el momento, donde más codornices he visto ha sido en el Condado de Treviño (Burgos)

En el Burgalés Condado de Treviño, rodeado de terreno Alavés por todas las partes, he visto un cierto número de codornices muy aceptable. Aun cuando también he visto corros donde otros años había y este no hay y viceversa.

Resumen final

En el Condado de Treviño y en la Llanada Alavesa, del 1 al 10, yo los calificaría con un cinco pelado. Los otros con un suspenso ganado a pulso por no querer desdecirme tanto en Desveda (el programa de radio en el que colaboro) y con demasiados medios que de forma puntual me llaman.

Se ha cosechado la cebada, que es mal lugar para la codorniz además de las leguminosas que en mi remota juventud casi valía más la paja que el grano y ahora estamos con el trigo que en lo que a codornices se refiere salen y mueren las mismas que en la cebada.

La agricultura es la misma que la de todos los años (criminal), los insumos son un veneno letal sin paliativos y la recogida de paja ya está ahí junto a la siega de forraje dando gusto a las garcillas en contra de lo que algunos digan. Ah, y si llueve la grada aun cuando caigan «chuzos de punta».

Todavía está la pelota en el tejado.

En Castilla y León dicen que hay muchas. Tal vez dejen pequeño a las bíblicas del Éxodo 16:13-36.

De lo que sí estoy seguro es de que habrá más que el año pasado, pero no muchas más.

Lo que yo he hecho en esta ocasión, es una estima documentada como si se tratara de un censo. Una estima aumentada. Ay, cuántos están confundiendo las estimas con los censos.

Les seguiré informando.

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