La temporada montera gallega

Regreso a éstas, las páginas que siempre tan bien me han acogido, después de un paréntesis obligado por las circunstancias, mi dedicación a la ‘Asociación de Clubes e Cazadores de Caza Maior de Galicia’.


Presidir una asociación en defensa de la gestión racional de la caza mayor en Galicia, o en cualquier parte, se hace algunas veces incompatible con el libre ejercicio de la propia opinión pública. La diplomacia de los despachos es necesaria que sea ejercida, previa a la fuerza de la opinión pública, y ello convierte al que quiera escribir y representar al mismo tiempo una asociación tan beligerante como lo es la nuestra en Galicia, en una persona menos libre de lo que era antes para dar su opinión. Hoy, en este acto se rompe esto. Desde hace tiempo estamos en todos los comités en donde haya que defender la caza, los cazadores y sus derechos. Muchas veces el peor oponente no es la administración, lo suelen ser los inmovilistas que dicen representar a la caza creyéndose y actuando como un sindicato vertical de antaño, o quizás otros que detrás de cada queja, propuesta, o requerimiento a la administración, esconden el interés lucrativo de su propia empresa forestal paralela. GRANDES DIFERENCIAS EN LA TEMPORADA MONTERA El jabalí: Este año hemos culminado gran parte del trabajo que desde hace más de cuatro estamos realizando en nuestra asociación. Se ha demostrado que la nefasta gestión de criterios populistas en vez de técnicos ha llevado a las poblaciones de jabalí en Galicia al borde de la ruina. Se daban batidas de forma inconsistente con la excusa de los daños durante tres meses al año, sumables a los seis de temporada de caza mayor. Insostenible, las poblaciones, tal como la Asoc. de Caza Maior había previsto, se cayeron. Fue necesario que la Facultad de Forestales de la Universidad de Vigo, dirigida por el profesor Enrique Valero, presentase ante el Comité de Caza un trabajo donde se detallaba con claridad meridiana una bajada descomunal de las poblaciones, un 50%, ello ha servido para que se tomase en serio la administración el problema que anunciábamos desde nuestra creación como asociación y para que los ocupasillones que lo negaban en los comités se quedasen sin argumentos. En este contexto este año se ha reducido la temporada jabalinera casi quince días en agosto, empezó el 29 y un mes por atrás, en la paridera. A partir del 17 de enero de 2016 no se debiera cazar ni un solo jabalí más. Se deberá respetar la paridera para que las viejas hembras puedan criar, que las jóvenes lo hacen mal y en cualquier época del año.
El Corzo: En cuanto al capreolus, la situación no es mejor. Su población ha caído en casi toda Galicia; en Lugo, que fue la primera provincia en abundancia, ha quedado en gran parte como testimonial. Solo se salvan pequeñas islas en donde algunos acotados desde hace tiempo recortaron las batidas donde caían a mansalva machos y hembras preñadas en octubre, dejando al corcino huérfano al pie de un invierno al que no sobreviviría. Tendemos a culpar a los demás, pero el gusano de las narices les ha afectado, el lobo y su crecimiento desmesurado propiciado por una actitud laxa de la administración también. Pero muchas veces todo es explicable por una absoluta falta de control del precintado de las piezas y una dejadísima falta de intención policial en el asunto, más pendientes de sancionarte por el pinganillo de la emisora que por vigilar el furtivismo de la batidas oficiales. Muchas de esas batidas, además de al zorro, en Galicia se dan al corzo… y la corza de matute. Los corzos se han convertido en muchos sitios, no en todos, en el muñeco del pim pam pum… de unas sociedades de caza fracasadas en la gestión del conejo y que han dejado disfrutar a algunos de sus socios de él como sucedáneo de la menor que ya no existe. Más corzas mueren de indigestión de doble cero que del gusano de las narices, pueden creerme. Lo que me extraña es que alguna asociación gallega pida batidas de corzas en estos momentos de principio de temporada, salvo que a alguien le interese vender tarjetas de batidas de jabalí, corzo y corza… Dice el refrán que: «El que buena cama hace, en ella se acuesta».
Ciervo: La tendencia a aumentar esta especie en unas zonas de Galicia contrasta con la disminución en otras en las que estaba consolidada, ejemplo de estas últimas puede ser el macizo central ourensano, donde la abundancia de lobo ha contribuido a la bajada de efectivos de ciervos y corzos. Nuevas zonas de tímida implantación en las laderas occidentales de la sierra del Suido, en la raya de Pontevedra nos llenan de razonable esperanza. Cabra Montés: Otra novedad que el año pasado había puesto a Galicia en el mapa del Ibex internacional ha caído en una situación de incertidumbre propiciada por los intereses localistas tan propios de estas tierras. Será mejor o peor, pero lo que es subastas de monteses no habrá este año y cada coto del Parque Natural del Xurés se someterá a la tradicional ley del perro y su pija. Veremos lo que pasa, pero cuando menos imagen de seriedad para un recurso económico importante para el entorno, no ofrece.
Parece que esta desastrosa situación de las especies de caza mayor en Galicia se encuentra en un tiempo de encrucijada. Si se respetan las fechas y se da una oportunidad al jabalí y al corzo, habrá un futuro. En caso contrario este desastre del que cazadores y administración somos responsables a partes iguales, no tendrá más solución que la emigración, tan conocida en Galicia, la cinegética también. De hecho prueba de esta conjura de necios es que, cuando acabe en enero la temporada de jabalí, serán unos cuantos ansiosos cazadores los que soliciten batidas por daños sin necesidad de comprobación administrativa. Aunque parezca increíble, y si no lo remedia la Dirección Xeral de Conservación, eso ocurrirá porque así lo ha querido su titular al permitir permanecer en la Orden de Vedas un listado de gran cantidad de ayuntamientos, denominado Anexo IV, que tal estrago consentirá en un momento de delicadísima escasez. Tenemos lo que nos merecemos, incluso podemos decir que la naturaleza en Galicia nos da más de lo que nos merecemos cuando administración y gestores, por así llamarlos, son capaces a confabularse para que se produzca esta amarga lista de despropósitos que acabo de describir. PD: Como la alegría en la casa del pobre dura lo que dura, en estos momentos se debate en el parlamento gallego una proposición de ley para cambiar la Ley de Caza de modo que se prohíba el plomo en su ejercicio. A la lectura de este artículo esperamos que las cosas hayan salido razonablemente bien y que hayamos conseguido, por lo menos, una moratoria en tanto no exista en el mercado un perdigón que nos permita seguir usando nuestras escopetas como siempre. Esto dará para un artículo entero… Mientras todo esto ocurre, el ‘sindicato vertical de la caza en Galicia’ intenta ocultar en su web y sus medios de comunicación que algo tan terrible se cierne sobre nuestras cabezas. Al final, tanto trabajar, ¿para qué?… Algunas veces dan ganas de que todo reviente y que Dios reconozca a los suyos. Ni a propósito podemos hacer las cosas tan mal. Publicado en el número de octubre de Federcaza
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