Un cazador observador

No podemos olvidar que la caza aparte de ser un deporte que arrastra grandes pasiones es una labor necesaria, como herramienta de gestión, que incide positivamente en la conservación y cuidado del medio natural.


Hoy cazar no es indispensable para la supervivencia del ser humano, pero sí lo es para la conservación de los ecosistemas. La actividad cinegética, aplicada con criterio técnico basado en estudios previos y experiencias empíricas, es precursora del fomento de la biodiversidad y además, con una planificación apropiada, es un gran impulsor del desarrollo de la económica rural.

El medio natural está en constante cambio, la gestión y manejo del mismo busca un equilibrio óptimo, que por su propia naturaleza es dinámico. Es una labor diaria de observación e identificación de las modificaciones que suceden en el medio mediante la cual podemos intervenir de una manera favorable para que sean progresivas y nunca bruscas, estos cambios no hay que interpretarlos siempre como negativos, ya que si bien pueden dar lugar a carencias que hay que solventar, otras veces dan lugar a excesos que hay que aprovechar.

Por esto la rutina del gestor del medio natural es buscar que las variaciones en dicho equilibrio, en condiciones normales, sean mininas, y por lo tanto las actuaciones han de ser progresivas y siempre buscando el óptimo ecológico, social y económico en el territorio objeto de gestión.

Ecológico

Integrar en la gestión todas las comunidades del medio, y considerar las que son objeto de aprovechamiento y las que no. La gestión integral del territorio tiene el principal objetivo de dejar un medio ambiente en las mejores condiciones posibles a las generaciones venideras con paisajes armoniosos y recursos de calidad.

Y planificar las extracciones en función de la tasa de reposición lo que da lugar a un excedente aprovechable denominado posibilidad anual. De esta forma a los recursos naturales se le añade el calificativo de la excelencia de la gestión: renovable. Es decir, el extremo opuesto al oportunismo que supone en muchos casos la extracción para la ganancia inmediata y que compromete los recursos a medio o largo plazo. Afortunadamente la sociedad de hoy ha tomado conciencia sobre los abusos que se han cometido en la naturaleza y que, desde ya, han de ser evitados.

Social

La sociedad ha de tener acceso al conocimiento de la gestión llevada a cabo en la naturaleza y así poder valorar la positividad de las acciones desarrolladas. Los pobladores locales han de ser partícipes de las actividades realizadas en su comarca, y vivirlas como suyas.

De esta forma no se generarán tensiones entre los diferentes grupos de la sociedad, ya sean participes o no de «la vida en el campo».

Económico

Los aprovechamientos rentables fomentan el interés de la participación e inversión por parte de la empresa privada. El objetivo primordial es revalorizar los campos cómo patrimonio de todos y conseguir extracciones periódicas renovales.

En este escenario de actuaciones beneficiosas para el medio, la intervención del Estado para velar por su ejecución ha de tener coste cero. Esto se consigue gestionando también los bienes públicos con los mismos principios que los privados.

Por lo tanto, dicho «óptimo» solamente es alcanzable mediante la gestión integral del medio, hay que considerar en conjunto todas las actividades y aprovechamientos naturales. Las comunidades presentes en un hábitat están en constante interactuación y se ven afectadas ante cualquier acción, y por lo tanto su evaluación ha de ser global para el ecosistema.

A veces los cambios bruscos se originan por causas naturales incontrolables, como por ejemplo catástrofes climáticas, enfermedades… En estos casos hay que trabajar para revertir la situación, pero mirando hacia el futuro sin olvidar que el objetivo siempre es llegar de manera estable al equilibrio óptimo, que por su dinamismo obliga a replantear la planificación permanentemente.

La caza es herramienta de gestión y conservación, aprovechamiento forestal, turismo rural y deporte. Por lo tanto afecta al ecosistema, a las comunidades habitantes locales, a la actividad económica y al hombre como individuo que tiene derecho a practicarla. Es una actividad que bien planificada, permite unas extracciones, piezas de caza, que atrae a gran número de apasionados y que promueve el motor económico del desarrollo rural.

Cuando en un territorio hay limitaciones al ejercicio deportivo de la caza, es que han fallado muchos aspectos en la gestión medioambiental. La caza es un testigo de la salud de los montes. Y el cazador, siempre conservacionista, es el primer interesado en el cuidado de la naturaleza, porque los espacios naturales hay que cuidarlos no solamente con prohibiciones.

Los epígrafes que suceden están ordenados cronológicamente. En ellos siempre se buscó la divulgación desde la ética y la estética que hay en el Arte de Cazar.

Los principios que siempre están presentes son:

— Respetar a las personas que trabajan, o disfrutan del monte. 

— Cuidar y conservar el medio ambiente natural. 

— Que el acto cinegético sea único y bello. 

— Defender los derechos de cazador.

Es decir, sería deseable que siempre que un cazador termina su jornada deportiva, los oriundos le despidieran con afecto, deseando que vuelva pronto a visitarlos. Que en el monte no se hubiera notado su huella; y que los lances de caza queden grabados en la memoria tanto por su belleza dinámica y el valor estético de la pieza de caza, como por la emoción que ese lance le ha producido. Y esta emoción daría paso a otra, la emoción de la espera, si el cazador sabe que por la buena salud del entorno repetirá esa vivencia vitalista que es cazar.

 


El anterior texto es un extracto de la Nota del Autor del libro Un cazador observador. Cupón de descuento para nuestros lectores con el código CAZA.

Otras obras del autor:

Reflexiones sobre La Caza. Beneficio medioambiental que reporta. Su ejercicio, su cultura y su arte. También cupón de descuento para nuestros lectores con el código CAZA.

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