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Las fotos de un mastín enfrentándose a un lobo para proteger al rebaño

Las imágenes corren como la pólvora en redes sociales. En ellas vemos a un mastín de Maremma persiguiendo a un lobo. El bravo perro pastor protege de esta manera al rebaño. Te contamos cómo es la raza a la que pertenece este poderoso can.


 Mastín enfrentándose a un lobo
Mastín enfrentándose a un lobo

 Mastín - Lobo
Mastín - Lobo

El perro pastor de la Maremma y de los Abruzos, también llamado Maremmano-Abrucense, es una raza que custodia al ganado de los depredadores y de los amigos de lo ajeno en Italia desde hace siglos. Este precioso perro de manto blanco sólido tiene ligada su historia y desarrollo a los rebaños de ovejas de la zona de los Abruzos, en el centro de Italia.

 Mastín - Lobo

Su color es un gran aliado para sorprender a los predadores

Y ese color es aprovechado por estos perros para pasar desapercibidos entre las ovejas, especialmente de noche. Esto dificulta en gran medida a los depredadores conocer su posición y puede suceder lo que vemos en las fotografías: que el perro sorprenda al lobo y consiga alcanzarle en esos primeros pasos del galope.

Fuerte, ágil y con cabeza de oso polar

 Perro pastor de la Maremma
Perro pastor de la Maremma

Pastor de Maremma

No es de extrañar que un buen ejemplar de esta raza pueda hacer huir a un lobo. Su apariencia rústica y fuerte combina con agilidad y potencia. Los machos pueden alcanzar los 73 centímetros de altura a la cruz, con un peso que su estándar morfológico, el número 201 de la FCI, detalla que puede llegar a 45 kilos.

Su manto es «parecido a una crin lacia de caballo, formando un collar prominente en la zona del cuello».

Un detalle que destaca su estándar y que caracteriza a estos perros es la descripción de su cabeza: «grande y plana, de forma cónica, recordando la reminiscencia de un oso polar».

 Perro pastor
Perro pastor

Andy Fitzsimon

Un perro valeroso ante un lobo asustado

Las fotografías ilustran una escena en la que el perro corre ágilmente tras el lobo, que huye atemorizado ante el coloso que se le echa encima. Con el rabo entre las patas traseras y una actitud que denota miedo, el lobo sabe que no es adversario para un perro que le supera en tamaño y en arrojo.

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