¿Dónde está el límite?

La caza puede ser, es, un deporte competitivo. Como en el lema olímpico ‘altius, citius, fortius’, aquí también se busca la puntuación más alta, la que atestigua el trofeo y que reconoce la medalla.


Al igual que en la alta competición olímpica, la excelencia en este deporte busca superar records anteriores. La consecución de un record cinegético no debe interpretarse como una obsesión o capricho del cazador, a éste lo enaltece la plusmarca, por haber buscado y encontrado un animal superior y dejar para su desarrollo a los que no han llegado a ese nivel. También el trofeo es un orgullo para el gestor, que ha sido capaz de sacar los mejores frutos de la naturaleza con una buena y minuciosa gestión. Para que un venado sea medalla de oro hay que hacer muchos esfuerzos, encaminados a conseguir el animal con este trofeo. ¿Y qué decir para un record mundial? Si un gestor tiene en su finca un candidato excepcional, sabrá el momento en que éste estará en la plenitud, y que a partir de ahí empezará su decadencia, por consiguiente conoce el tiempo exacto en que debe ser cazado. Cuando ya ve que es un medalla de oro, deseará que al medirlo pueda batir un record. Si en algún lugar del mundo este record es mundial, los demás cazadores y gestores se preguntarán: ¿Dónde está el límite? ¿Habremos llegado ya a una puntuación que sea una cota máxima? Intentar superar ese nivel hará que se entre en un círculo virtuoso de buenas acciones, de cuidado del medio ambiente natural en que se desarrolla la pieza medallable, trabajos que conducirán a la obtención de excelentes trofeos, y nunca sabremos si se ha llegado al límite o no, porque eso será irrelevante y, en vez de desmotivar, será un estímulo para llegar o aproximarse a esa cota que nos señala el record absoluto… y tal vez superarla. Cada año aparecen mejores trofeos de ciervo en el mundo, y lo que es más importante, mayor cantidad de los mismos. La evolución reciente del venado, ha estado claramente marcada por esfuerzos importantes, de selección genética y de estudios de dinámica poblacional. La cría en cautiverio ha servido para hacer dicha selección controlada y efectiva. Se han obtenido los mejores caracteres de las diferentes líneas y hoy se abaten muchos ciervos que superan los 300 puntos CIC. Lo que años atrás fuese record del mundo hoy en día existe en abundancia, y cabe preguntarse nuevamente ¿dónde está el límite? Irremediablemente uno piensa en el Megalocero, cérvido extinto en tiempos recientes (5.000 a.C) cuyas cuernas tenían una envergadura de hasta 3,5 metros. Este animal también conocido como ciervo gigante o alce irlandés, que formó parte de la megafauna pretérita, sobrevivió a las glaciaciones y vivió con un clima similar al actual en Siberia. Hoy los ciervos cuyo desarrollo de cuernas es cada día más grande, experimentan cambios morfológicos para adaptarse a portar el peso de sus cuernas, el incremento en los últimos años en la calidad de los trofeos ha tenido una pendiente vertiginosa. Pero, ¿dónde estará el límite biológico? ¿Nos acercaremos en un futuro al ciervo gigante?… Podría ser, ya que el noble deporte de la caza ha hecho, con sus cuidados, que abunde y mejore notablemente esta especie.
Comparte este artículo

Publicidad