Caza su primer corzo: un magnífico ejemplar medalla de oro

Este cazador, con una larga experiencia en recechos de montaña, nunca había intentado cazar un corzo. Pero el destino le puso una buena oportunidad delante. Y vaya si la ha aprovechado. Se llama Félix y nos ha contado la historia de su primer corzo abatido, un precioso ejemplar medalla de oro.


 Corzo medalla de oro
Corzo medalla de oro

 Corzo medalla de oro
 Corzo medalla de oro

Félix Sánchez es un cazador murciano que forma parte de un coto turolense que se dedica a la caza de macho montés desde hace muchísimo tiempo. Recientemente, los miembros del acotado empezaron a detectar la presencia de algunos corzos. La sociedad de cazadores de la zona del Maestrazgo de Teruel sacó a la venta algunos precintos.

Quien no arriesga no gana

Entonces, Félix y sus compañeros decidieron hacerse con algún precinto para probar suerte en el rececho. Todo bajo la incertidumbre de qué podría pasar al ser el primer año en el que se iban a cazar los corzos y haber detectado poca densidad de ejemplares.

Compañeros y amigos decidieron aventurarse y probar suerte. La sorpresa llegó cuando Félix y otros cazadores vieron, el primer día de rececho, tan solo una hembra y un macho sin poder valorarlos, porque la zona está dominada de un monte con mucha vegetación que les sirve para pasar desapercibidos.

Primeras esperas sin resultado

Al día siguiente insistieron, pero el macho no volvió a aparecer. Entonces, durante las últimas horas en el coto y cuando apenas había salido el sol, Félix y sus compañeros decidieron hacer una espera encomendados por el guarda del coto.

Tampoco ocurrió nada. Los corzos son animales astutos y esquivos que se esconden ante el más mínimo ruido.

Tercer día de rececho

Entonces, el último día Félix estaba decidido a regresar a Madrid. Sin embargo, decidió acercarse junto con sus compañeros cazadores al barranco, aún de noche.

Fue entonces cuando presenciaron los juegos encelados de dos hembras y un macho. Félix disparó por primera vez en su vida a un corzo. Y como todas las primeras veces, esta también tuvo su parte mágica. Félix aprovechó los últimos restos de luz de ese domingo para fijar, por primera vez en su vida, el codillo de un corzo en su visor. El disparo afectó de lleno la zona apuntada y dejó totalmente inmóvil a este corzo.

Un trofeo precioso de 155,55 puntos

Pero el cazador no sospechaba el precioso trofeo que acababa de conseguir en un rececho que comenzó con incertidumbre y que concluyó de una manera brillante.

Tras la homologación, arrojó una puntuación de 155,55 puntos, obteniendo la medalla de oro. Un trofeo precioso que destaca por su belleza, simetría, por su perlado y por la forma de sus puntas, que además pesó 578 gramos.

Un equipo con garantías

Tiró con su rifle Sako en calibre 7 mm Rem. Mag, cargado con bala RWS, punta KS de 160 grains, y con la ayuda de un visor Zeiss Conquest 1,5-12x56.

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