Varapalo a Ecologistas en Acción: el TS desestima su recurso, el lobo debe controlarse

La sentencia establece que no existe ningún riesgo para los animales y defiende la caza controlada de esta especie, especialmente al tener en cuenta que ha triplicado su número de ejemplares en los últimos 20 años.


 Lobo
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La Sala de lo Contencioso Administrativo da la razón al Gobierno de Cantabria y desestima el recurso interpuesto por Ecologistas en Acción en el año 2017 ante la actividad de control poblacional del lobo llevada a cabo en dicha comunidad.

Los lobos han triplicado su población

La sentencia entiende que «no existe riesgo medioambiental alguno» en estas acciones, avaladas por la Consejería de Medio Rural, Pesca y Alimentación. Es decir, la jurisprudencia entiende que no hay peligro alguno para la población de lobo, y más teniendo en cuenta que el censo se ha triplicado desde hace 20 años.

La Estrategia para la Conservación y Gestión del Lobo en España requiere del control ordenado y sostenible llevado a cabo por cazadores, que conocen el ámbito de actuación y el hábitat de esta especie. Además, el tribunal expone que esta especie no está protegida porque no experimenta peligro alguno. Además, se sitúa al norte del río Duero, lo que la convierte en especie cinegética.

Los fundamentos ecologistas han sido rechazados

Ecologistas en Acción alegó que en Finlandia no se permite la caza del lobo, algo que no es extrapolable a otros lugares como España, en el que la sobrepoblación supone un problema de convivencia con otras especies, así como con los núcleos de población y sus personas.

El control de ejemplares de lobo en Cantabria es algo necesario, y así lo ha reconocido el Tribunal Supremo. Además de garantizar la existencia de lobos, también es necesario apoyar a la ganadería extensiva y a los profesionales del mundo rural que se ven afectados por el alto número de ejemplares en esta comunidad. Por lo tanto, Cantabria podrá controlar la población de lobo a través de la actividad cinegética, con la indispensable colaboración de los cazadores, garantizando así su convivencia con el resto de especies.

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