Videonoticia

Este rehalero demuestra su valor al entrar a un remate de un gran jabalí para salvar a sus perros

Un jabalí enorme rodeado por una rehala. El peligro es crítico para esos canes ante las embestidas de un jabalí con unos grandes colmillos. Pero el rehalero no va a permitir que hiera a sus perros. Expertos rehaleros opinan sobre un vídeo de manera unánime: ese joven es un valiente que ama a sus perros.



El vídeo comienza con la rehala cercando al gran macareno. La persona que graba sube a un alto donde sale del camino que toma el jabalí.

Es cuando entra en escena el joven rehalero, que no duda en entrar al remate ante el enorme animal, con un tamaño que asusta y que podemos apreciar perfectamente cuando el rehalero se coloca encima del enorme macareno.

La opinión de los rehaleros

En Club de Caza hemos querido conocer la opinión de verdaderos expertos en la rehala y en el remate para que nos ofrezcan su opinión sobre la secuencia.

Uno de estos rehaleros, que montea las sierras de Cádiz, Sevilla y Huelva, nos ha comentado que el valor que demuestra el joven del vídeo es admirable, porque, en una situación como esta, «O te tiras encima y te la juegas, o el jabalí, probablemente herido, te raja varios perros».

Efectivamente, ese jabalí parece herido, por lo que no podría dejar a los perros atrás. Eso lleva justamente a lo que vemos en las imágenes: un animal peligrosísimo cargando contra los canes.

Un lance bien resuelto

Otro rehalero, esta vez extremeño, nos comenta que el lance está muy bien resuelto, sin que se aprecien perros heridos. Eso sí, sospecha que los perros de agarre de la rehala, o están en otro lance, o se han retrasado: «Ahí hacen falta dos o tres perros de agarre para sujeten a ese gran cochino y el rehalero no tenga que jugarse la vida como lo hace».

Demuestra que le importan sus perros

«Solo alguien que ama a sus perros entenderá que alguien se juegue el físico así». Esto es lo que nos dice un tercer rehalero consultado. En el vídeo vemos algo heroico. Y lo hace por sus perros, para que no resulten heridos ante los envites que lanza ese gran cochino.

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