Una hembra de halcón se desplaza más de 10.000 kilómetros en tan sólo 42 días

El dispositivo desveló que el halcón voló en línea recta a lo largo de los tres continentes —Europa, Asia y África— que sobrevoló hasta alcanzar su destino. Según estudios científicos, este hecho es posible gracias a un gen de la migración que poseen las aves. El fragmento de ADN les permite, año tras año, recordar sus rutas migratorias y minimizar la distancia recorrida.

Un gen de la migración permite a las aves recordar sus rutas migratorias

Un equipo internacional de científicos, formado por investigadores de la universidad galesa y del Instituto de Zoología de la Academia de las Ciencias de China, en Beijing, tras monitorizar a 56 aves y combinar datos de sus viajes con los de su genoma, identificaron un gen asociado a su comportamiento migratorio. Los resultados de este estudio fueron publicados en la revista Nature a primeros de marzo.

El estudio se basó en los datos obtenidos gracias a los dispositivos de localización que colocaron a más de cinco decenas de aves. Estos registraron con exactitud sus rutas migratorias, recorrido que hacen cada año diferentes especies en busca de comida y buen tiempo, y los kilómetros que recorrieron. Los halcones monitorizados siguieron cinco rutas migratorias a través de Eurasia. Según creen los científicos, establecidas probablemente entre la última edad del hielo, hace 22.000 años, y el Holoceno intermedio, hace 6.000 años.

Los biólogos creen hace años que el componente genético juega un papel importante en el instinto migratorio

A través de este proyecto han obtenido una prueba que lo demuestra. Han identificado en el halcón peregrino, ave falconiforme de la familia Falconidae, un gen asociado a su migración. Se trata de ADCY8, que en otros animales ya había sido vinculado anteriormente a la memoria a largo plazo.

No sólo las aves están dotadas de este gen. Según, Michael Bruford, ecólogo molecular de la Universidad de Cardiff y coautor de la investigación, los humanos también tenemos ese fragmento genético.

No es la primera vez que se registran datos similares en los desplazamientos migratorios en aves rapaces

Un águila a la que se instaló un localizador en el año 2018 se desplazó cada año durante sus períodos migratorios una distancia similar a la recorrida por la hembra de halcón. El mapa creado a partir de los datos registrados sorprendió a los científicos. Demostró que las aves evitan volar sobre el agua, pues el Mar Caspio, el Mar Rojo y el Golfo Pérsico, como en el caso del falcónido, no forman parte de su camino.

En enero del año 2020 el Servicio de Conservación de la Fauna (KWS) de Kenia informó que un águila pescadora procedente de Finlandia había sido capturada en su territorio tras volar 6.948 kilómetros. La rapaz quedó atrapada en una red de pesca en la localidad de Usalu, en el condado de Siaya (oeste), cuyo territorio incluye parte del lago Victoria, el más grande de África. Un pescador alertó de lo sucedido al Servicio de Conservación de la Fauna. El Departamento de Veterinaria del KWS comunicó que el ave presentaba un buen estado de salud pese a la gran distancia recorrida. Los veterinarios le administraron fluidos y la alimentaron antes de devolverla a la naturaleza.

Un águila arruina a los científicos que la estudiaban

Una de las águilas monitorizadas en un proyecto similar —seguimiento de 13 águilas esteparias en peligro de extinción—, estuvo a punto de arruinar a los científicos de la Red Rusa de Investigación y Conservación de Rapaces (RRRCN) que la estudiaban. El ave, en sus desplazamientos, recorrió zonas sin cobertura para sus dispositivos de rastreo, aunque estos almacenan la información que no puede ser enviada. Cuando se recuperó la señal porque entró en una zona con cobertura, se enviaron un serie de SMS que elevaron la factura telefónica derivada del viaje hasta los 4.200 euros.

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