Huesca

Archivada la causa contra el cazador que mató una osa para protegerse

El juzgado concluye que el investigado reaccionó así por la amenaza a la que se enfrentaba pudiendo ser atacado por el animal que corrí hacia él.


 Archivada la causa contra el cazador que mató una osa
Archivada la causa contra el cazador que mató una osa

El juzgado de Instrucción de Boltaña ha determinado ya el archivo de la causa que aun estaba abierta contra un cazador que abatió la osa Sarousse durante una batida de jabalíes en el municipio de Valle de Bardají, en Ribagorza. Esto se debe a que nada indica realmente que la muerte del animal se provocase por capricho y ni mucho menos que fuese una imprudencia. Te lo contamos con todo detalle.

Defensa propia

El investigado por los hechos tan solo pretendía proteger su vida empleando el arma, ya que se sintió amenazado cuando la osa corría hacia él. Explicaba que no tuvo la posibilidad de escapar o esconderse en un lugar seguro, por lo que la actuación que llevó a cabo fue proporcional a las circunstancias.

Resolución judicial

La resolución judicial se comunicaba este jueves a ambas partes, siendo recurrible ante la Audiencia de Huesca, considerando indudable que no estaba habilitado para dar caza al animal, pero que realmente no tuvo intención de hacerlo como tal, sino que actuó así por el peligro que le suponía lo que estaba ocurriendo.

El archivo se solicitó por los abogados del cazador del despacho de Enrique Trebolle para alegar legítima defensa.

Transcurso de los hechos

El suceso tuvo lugar el 29 de noviembre del pasado año en el transcurso de una batida en la que participaban distintos vecinos de la comarca.

Esta osa, Sarousse, era un ejemplar con 21 años que nació en Eslovenia y fue liberada en Francia, aunque anteriormente pasó por Cataluña y en el año 2010 se asentó en el macizo del Turbón.

Tras esto la Guardia Civil abría una investigación del suceso trasladando el atestado al juzgado que instruyó la causa por un presunto delito contra la fauna y contra la ordenación del territorio y el medio ambiente.

En manos de Seprona 

El auto del archivo lo tuvo en consideración el atestado del Seprona, que argumentó que es posible que la muerte del animal ocurriese de forma accidental, ya que teniendo en cuenta que el motivo por el que salió es que tuvo lugar en una batida por daños, lo más normal es que el animal saliese de su zona levantada por los perros.

El animal corrió en dirección al presunto autor y este disparo por miedo al ataque.

Empatía del Juzgado

El juzgado tuvo en consideración la versión del cazador con la inspección ocular y tras haber tenido lugar distintas comprobaciones realizadas por los agentes.

Por otro lado, en su declaración justificó los disparos por el peligro del posible ataque. Además, explicó que la zona en la que se encontraba dificultaba la posibilidad de esconderse o escapar.

Esto, sumado al hecho de estar solo y explicar que lo sucedido son pruebas evidentes de que no quería abatir al animal interesadamente.

Presiones ecologistas

Tras este suceso tuvieron lugar acusaciones por parte de grupos ecologistas que presionaron cuestionando la posición del cazador en la parte baja de la pista, al ser trayectoria en disparos descendentes.

Esto lo justifica el juzgado teniendo en cuenta que la pendiente de la pista era escasamente acentuada y el animal, al tener cuatro patas, no levantaba escasamente un metro del suelo.

«En consecuencia, dada la altura del cazador, de la osa y la escasez de la pendiente del terreno, la trayectoria de los disparos fue descendente y ello es compatible con la anterior versión de los hechos descrita».

Otros argumentos

A favor de esta versión del cazador hay otros argumentos, como la posición del animal al ser abatido, el lugar donde fue encontrada y la escasa distancia a la que estaban los casquillos del rifle.

Las autoridades valoran si la batida tuvo que ser realizada tomando precauciones para evitar el hecho de ser zona donde habitan osos.

Según indica el juzgado, no se avisó a los cazadores de la situación en concreto de la osa ni mucho menos de las medidas a tomar con respecto a su presencia.

«El investigado ha indicado que conocía que había en la zona un oso, pero pensaba que se encontraba en zonas más altas», explica.

Se demuestra la inocencia

Se concluía el proceso de forma que quedaba descartado castigar los hechos sin apreciar además una imprudencia grave por parte del investigado, ya que la batida se llevó a cabo de forma legal y el cazador estaba habilitado para portar y utilizar un arma que de forma repentina tuvo que emplear para proteger su vida, por lo que esto se catalogó como una actuación proporcional.

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