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Así protege una cigüeña a sus pollos del granizo

Una tormenta cae sobre el monte. Y la cigüeña sabe que debe evitar que las piedras de hielo caigan sobre sus pollos.



Su gran cuerpo y sus alas semiflexionadas se convierten en un gran escudo a la hora de proteger a los polluelos del granizo que cae. La cigüeña, con una envergadura de unos dos metros, encoge sus alas lo justo para cubrir a los pollos y evitar que que las piedras de hielo golpeen a los frágiles pollos. Sus alas pueden alcanzar una longitud de más de un metro totalmente abiertas, lo que las posiciona como perfectos toldos de seguridad para todo el nido, por muy grande que este sea.

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