Elecciones 4-M

Comienzan las guerras entre animalistas por el trono de Madrid

Con las elecciones a poco más de un mes, los animalistas comienzan a reprocharse la inacción que reina entre los partidos que dicen ser defensores de los animales. Unidas Podemos y Pacma se lanzan los cuchillos.


 guerras animalistas
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El voto animalista está dividido. Y eso lo saben tanto Unidas Podemos como el Pacma. Los primeros, tras la creación de la dirección general de derechos de los animales, que ha creado un gran rechazo entre los propios animalistas, que acusan a su director, Sergio Torres, de inacción o de no haber pasado de reunirse una tras otra vez sin plasmar lo que esperan todos aquellos que aplaudieron su creación.

Y, los segundos, el Partido Animalista dirigido por Laura Duarte, que no deja de fracasar cuando hay urnas de por medio. Parece que solo les resta luchar contra los adversarios que les han quitado el protagonismo animalista y les han relegado a un segundísimo plano que les ha llevado a descalabrar en los últimos intentos a participar en elecciones.

Pacma fracasa en sus intentos electorales

Recordemos que el Pacma quedó fuera de las elecciones catalanas de febrero al no conseguir los avales requeridos por la ley electoral. No consiguió reunir siquiera el 0,1 por ciento del censo electoral. Su victimismo les llevó a asegurar que la situación devenida por la pandemia era la culpable de todo.

Pero solo hay que revisar la trayectoria reciente de los animalistas en las distintas citas electorales para comprobar que el partido no deja de caer en votantes y apoyos. El pasado año, tanto Galicia como el País Vasco supusieron nuevos reveses electorales. Una caída de la tercera parte de sus votantes en terreno vasco y de más de la mitad de sus seguidores en Galicia les dejaron fuera de las papeletas electorales en ambas autonomías.

Un fracaso que comenzó cuando las Elecciones Europeas se convirtieron en el detonante de la espantada de Silvia Barquero del partido que dirigía, según una parte de sus afiliados, de manera fraudulenta y despótica.

No es la primera vez que los animalistas se devoran entre ellos

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