Caza un enorme jabalí que asolaba una huerta de caquis

Un gran jabalí era el causante de que los agricultores de esta zona valenciana encontrasen sus plantas de caquis en pésimas condiciones, mordidas o arrancadas. También dañaba el sistema de riego al hozar en las siembras.

Acude de nuevo en auxilio de los agricultores

El cazador es el experimentado esperista valenciano Pablo Chafer, vecino del municipio de Antella, ubicado en la comarca del Canal de Navarrés. Después de recibir la llamada del propietario de la finca de caquis en la que en el mes de agosto de 2020 logro abatir un impresionante jabalí, no dudó y acudió de nuevo en su ayuda.

Graves daños en la plantación

Un cochino de grandes dimensiones estaba ocasionando numerosos daños en las instalaciones de riego por goteo y en los pies de los árboles frutales. Allí hozaba buscando alimento. Esto se lo comunicó el agricultor, y fue razón suficiente para que el cazador acudiera a examinar la zona para preparar la espera en la que intentaría abatir al problemático animal.

Un astuto jabalí

Para tal fin, en esta ocasión ubicó un cebadero en el mismo lugar en el que abatió el jabalí en agosto. En aquella ocasión, tras homologar su trofeo, brindó medalla de oro y una puntuación de 121 puntos. Así nos lo cuenta el cazador:

-«Hace dos semanas, al comprobar que el cochino acudía allí a alimentarse, realicé dos infructuosas esperas en las que el animal detectaba mi presencia y no entraba al lugar.

Por este motivo, me decidí a fabricar una caseta de madera no muy lejos que evitara ser descubierto por su olfato. Este hecho, que modificó el entorno, le hizo recelar y desapareció de la zona durante una semana».

Al fin el jabalí da la cara

Pero esto no desesperó al cazador ni le hizo tirar la toalla. Al contrario, le llevó a seguir insistiendo porque intuía que el jabalí acabaría entrando llevado por su hambre. Así nos lo confirma.

-«El pasado sábado día 6 de febrero, decidí volver a probar suerte. A las 20 horas pude vislumbrar en la oscuridad un gran bulto que se encontraba junto al depósito de la comida. Había entrado sin hacer ruido alguno.

Desde este puesto abatió el cazador al gran jabalí.

¿Sería el gran jabalí?

«Decidí encender la luz de la linterna y sí, era él, allí estaba. Apunté con mi rifle de la marca Marlin del calibre .30-06, efectuando un único disparo. La bala de la marca Sellier&Bellot impactó detrás de la oreja del animal, que cayó derribado al instante».

El macareno, de pelo cano, pesó 90 kilos a pesar de encontrarse en plena época de celo. Y lucía una gran boca, desgastada por su edad, con 16 centímetros de longitud en cada uno de los colmillos. Sin duda, un gran trofeo y un problema menos para los agricultores.

Así fue la espera de este cazador ante un jabalí de 121 puntos

Pulsa en la imagen para acompañar al cazador en su apasionante espera: