Crónicas de caza

Caza un conejo ‘medalla de oro’

Este conejo sorprendió al cazador cuando consiguió abatirlo y su perro lo cobró y se lo acercó. Nos cuenta cómo fue el lance que le hizo cubrir el cupo del día de una manera inesperada.


 Conejo ‘medalla de oro’
Conejo ‘medalla de oro’

David García es miembro de la sociedad de cazadores del Valle de Abdalajis. Fue en el mes de septiembre del pasado año cuando abatió un conejo extraño. Había oído hablar de este tipo de animales, incluso había visto alguna foto, pero nunca había tenido la oportunidad de abatir un conejo medallable.

Ya a última hora, tras una entretenida jornada en la que los perros habían movido una buena cantidad de conejos, David pudo afrontar un lance que nunca olvidará. El cupo diario es de tres conejos, y llevaba dos hacia el coche, porque quedaba poco de aquel día de caza.

El lance a un conejo inesperado

Pero cerca de donde lo había aparcado escuchó latir a de sus perros en una motilla del monte dividida por una raya. Se posicionó de la manera que creyó más adecuada y, tras unos minutos de tensa espera, rompió el conejo. Esperó a que cruzara la raya y efectuó un disparo casi a tenazón.

Su sorpresa fue mayúscula cuando uno de sus perros le llevó al conejo. Sus dientes inferiores habían crecido de manera desproporcionada y lucían por fuera de la boca del conejo con formas serpenteantes. Pero esta malformación, como nos indica el cazador, aparentemente no le impedía alimentarse con normalidad.

Los conejos ‘medalla de oro’

¿Un golpe en los dientes hizo que no se tocaran y crecieran de esta manera? ¿Quizás una malformación de nacimiento? Sea como fuere, estos conejos medalla no son capaces de friccionar los dientes superiores con los inferiores y producir el normal desgaste entre ellos.

La consecuencia es el crecimiento desmedido de ambos, haciendo de la vida de estos lagomorfos un verdadero infierno cuando el problema se radicaliza.

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