Metereología casera

Próxima a desvedarse la pesca de río, los aficionados comienzan a preocuparse del tiempo que les deparará la nueva temporada. No en vano tienen experiencia sobre el tema y son muchos los que se aventuran a hacer sus pronósticos sin contar lo más mínimo con la exhaustiva información que diariamente les depara al respecto los medios de comunicación.


Experiencia manda, al parecer, a pesar de que algunos se dejen guiar por las Témporas o la Cabañuela, métodos que consisten en observar el tiempo durante los doce, dieciocho o veinticuatro primeros días del mes de agosto o enero y deducir luego el tiempo que va a acontecer el resto del año. Y créanme que para ellos no es un tópico porque se juegan mucho. Así entienden que con temperaturas del agua inferiores a cinco grados, la actividad de la fauna acuícola se reduce sensiblemente, lo que precisa de una determinada técnica, la pesca a fondo. Por el contrario con aguas calientes la trucha buscará acomodarse en lugares sombreados próximos a afluentes que vierten aguas más frescas. Los fenómenos meteorológicos, tales como truenos, rayos o granizo no parecen que afecten a la fauna acuícola a no ser que estos originen crecidas súbitas. Los vientos, si son huracanados, tienen una importancia capital, siempre perjudiciales. El viento del este normalmente suele ser síntoma de bonanza, pero da origen a días claros, no muy aptos para la pesca de la trucha. Mucho mejor son los vientos del norte, oeste y sur, aunque hay quien asegura que el momento verdaderamente infalible para ponerse para ponerse a pescar es el del paso de un frente frío o cálido. El primero es concentrado y rápido y su evolución suele durar pocos días, con nubes altas y muy brillantes. El frente cálido por el contrario es lento y masivo, con temperaturas suaves y nubes alargadas. Estos dos frentes normalmente suelen ser los causantes de gran parte de las perturbaciones atmosféricas. De todas formas haga frío o calor, llueva o haga viento el verdadero pescador no escatimará esfuerzos para hacerse con alguna pieza por mucho que esté calado hasta los huesos y practique la pesca sin muerte.
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