Brama

Septiembre para los cazadores recechistas es sinónimo de berrea, de ilusión contenida. No en vano el ciervo entra en celo lanzando impresionantes bramidos para reclamar a su harén y proceder a cubrir todas las hembras que pueda agrupar.


Son tres semanas de máxima excitación para el sultán del monte que, ciego de pasión al amanecer y al atardecer, no dudará en enfrentarse a cualquier competidor que pretenda arrebatarle una sola hembra. Es la ley del más fuerte, la de la Naturaleza, esa que hace que el más poderoso puede transmitir la mejor calidad genética a los futuros cervatillos. Esta modalidad pretende retirar aquellos venados que han entrado en regresión o que aporten una cuerna defectuosa, ya que no es fácil ejercer esta labor de selección en época de monterías, porque los animales mayores —cautelosos y resabiados— difícilmente rompen a las posturas. Cierto es que durante estos días pierden gran parte de sus instinto de conservación y delatan su presencia con espectaculares bramidos. Pero no así las hembras que los rodean. Rápidamente le pone en guardia para desplazarse del lugar. Es por eso que el cazador que disponga de la autorización oportuna (precinto) se cuidará muy mucho de doblar el dedo índice ante la presencia de un venadete cualquiera. No, no lo hará, sencillamente porque sus principios venatorios y espíritu recechista no se lo permite. A no ser que el que esté detrás de la culata del rifle sea un “novio” en la materia y el corazón en el momento del lance esté fuera de revoluciones. El veterano, normalmente domina el arte de el acercamiento —siempre difícil— sabe moverse con el viento de cara y el sol de espaldas, despacio, peinando bien el terreno con los prismáticos y sin hacer el más mínimo ruido. Localizado el animal, valorará el trofeo sin prisa, antes de proceder al disparo. Si la distancia es importante buscará un punto de apoyo para el rifle. Se cargará de aire en los pulmones y en la medida que va expulsándolo suavemente presionará lentamente el gatillo, nunca de tirón. Cuando dé la sensación de que el disparo se ha producido sin pretenderlo, normalmente es cuando hace carne. El calor está haciendo irregular esta temporada. Braman poco y normalmente de noche. Habrá que esperar a que bajen las temperaturas y afloren las lluvias.
Comparte este artículo

Publicidad