Maniqueísmo, demagogia y sensiblería

En esto de los ataques contra la caza hay un maniqueísmo, una demagogia y una sensiblería rayana con el esperpento. En cualquier programa de televisión que trate de la caza, los ataques serán el denominador común. Si hay alguna acción sangrienta realizada con escopeta, por algún loco, por algún desequilibrado violento, la culpa es de los cazadores.


Y hasta algún medio como Gara, poco sospechoso de ser defensor de la no violencia, ya que jamás ha condenado las acciones terroristas, se muestra muy proecupado por los «pajarillos y ranas, víctimas del furtivismo». Pajarillos ranas y cangrejos son víctimas a las que proteger de los cazadores furtivos, dicen. El texto no tiene desperdicio, incluso si no viniera de donde viene. «La caza furtiva ha sido una práctica muy habitual en Euskal Herria, y quizás más en Nafarroa, donde la mayor extensión y variedad de especies ofrecen más posibilidaddes que en otros herrialdes. El furtivismo es algo que se ha transmitido de generación en generación, casi como los genes, con la diferencia de que hace unas décadas se practicaba para matar el hambre, y hoy en día se hace por placer o incluso por sibaritismo. Todavía es bastante frecuente que algunos establecimientos ofrezcan a sus clientes selectas raciones de pajarillos, ranas e incluso cangrejos autóctonos». ¿Por qué no lo denuncian en lugar de seguir con esas descalificaciones?
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