Sobre la batida de arruís en Petrel (Alicante)

De lo que sucedió en los días anteriores a la fecha de la batida, la noche y madrugada anterior y el sábado día 30 cuando se presentaron los cazadores y se acordó la suspensión, ya se ha dicho mucho, quizá demasiado, y poco edificante.


Referente a la actuación de la Policía Nacional, del Alcalde y de ciertos Concejales, además del Sr. Beltrá tan aficionado a tocar el tambor, también se ha comentado mucho. Sobre la Federación de Caza de Alicante, solo se ha dicho que tenía el permiso de la Consejería para realizar la batida. Pero vayamos por pasos tratando de no desvirtuar la realidad de los hechos. Los Montes del Cid son terreno público en manos de la Consejería de Territorio y Vivienda, que es la que asume las competencias de la antigua de Medio Ambiente, y que le tiene cedidos los derechos cinegéticos a la Federación de Caza de Alicante. En estos montes abundan los arruís y los muflones en cantidad más que sobrada y que sería necesario decidir lo que se quiere hacer con ellos. Por otra parte, en Petrel, como en su vecina población Elda, existen grupos excursionistas muy activos y bien organizados desde muchos años antes de que estos animales apareciesen por la zona, y sus miembros, especialmente los festivos y fines de semana, organizan marchas por rutas de los alrededores en las que lo mismo participan niños, que jóvenes e incluso gente mayor, y que por lo regular suelen ser muy respetuosos con el medio ambiente e incluso con los cazadores que pueden encontrarse en sus recorridos, como no debe ser de otro modo. Entonces... ¿Cómo se entiende lo sucedido? Veamos. En años anteriores ya se realizaron batidas similares, también organizadas por la Federación de Caza de Alicante y, especialmente en la del pasado año, comenzaron a surgir problemas de entendimiento con los diferentes grupos de excursionistas, y con los de ecologistas que están a la que cae. Por lo tanto, este año esperaban la fecha de la batida para manifestar sus protestas. Está claro que si se cuenta con los permisos legales y se cumplen los requisitos existe el derecho a realizar la batida, y que los que actuaron ilegalmente y de modo inapropiado e imprudente fueron los que consiguieron impedirla, y que las responsabilidades debieran recaer en los organizadores y en quienes participaron, al igual que en quienes los apoyaron desde su cargo público y en quienes no hicieron cumplir la Ley Pero también creo que está claro que la solicitud para la batida fue irreflexiva y la concesión de la misma un grave error, ya que estaba previsto que hubieran problemas, que ya comenzaron a anunciarse al ser conocida la fecha, que se fueron acentuando a medida que se aproximaba, y que llegaron a ser inquietantes cuando comenzaron a aparecer comentarios y declaraciones en la prensa, y cuando se involucró al Ayuntamiento y a la Subdelegación del Gobierno. Es indudable que falló el sentido común por parte de todas las partes implicadas, y que la parte organizadora, posiblemente convencida de que la legalidad estaba de su lado al contar con la autorización de la Consellería, no se molestó en buscar algún tipo de acuerdo conciliador de intereses, sin prever que podía llegarse a la situación en la que desembocó el asunto, y en la que posiblemente influyeron además intereses políticos. Entiendo que la legalidad se conculcó impunemente y que la Justicia debería intervenir en el litigio para depurar responsabilidades y para que se indemnice a los afectados, ya que hechos como los sucedidos no pueden tolerarse en modo alguno y no debieran repetirse. Y dicho lo que antecede, quisiera reflexionar sobre el futuro de esa especie en dichos parajes, no olvidando que también existe en otras zonas de la Provincia. Esa especie convive con muflones y jabalíes, siendo estos últimos los menos territoriales y por lo tanto los menos controlables y con menor importancia en la cuestión. Los muflones que se han visto y cobrado no tienen importancia como trofeo puesto que son de cuernos cortos y con excesiva curvatura, siendo, además, los más dañinos para los cultivos, pero los arruís, bien controlados y gestionados pueden ser una buena fuente de ingresos directos e indirectos, además de dar renombre internacional a la zona lo que repercutiría de modo apreciable en la economía local, y no sería desaconsejable negociar con los responsables para incluir en la gestión a los que estén en los cotos de caza menor colindantes, ya que también obtendrían beneficios y se evitarían conflictos. Para ello sería necesario realizar un estudio serio sobre la población existente con el fin de determinar la carga que soportaría el medio, así como la pirámide de sexos y edades óptima para que el tema no se convierta en pan para hoy y hambre para mañana. Y lo que es fundamental, incrementar la vigilancia para evitar la lacra del furtivismo, y para mantener información sobre la evolución de la especie y la posible aparición de problemas sanitarios. Es altamente sospechoso que con una población tan grande no se vean ejemplares con trofeos importantes. Conseguido el estudio, habría que realizar una caza selectiva para que la población se ajuste al resultado obtenido y para reducir la población de muflones, y dejar pasar algún tiempo para poder extraer los primeros trofeos siempre manteniendo la gestión para que la citada pirámide de edades y sexos sea óptima. Por lo tanto, solo se podría cazar en la modalidad de rececho y acompañados por guardas expertos. El número de permisos anuales vendrá dado por la evolución de la especie, y sobre el modo de concederlos, sorteos, subastas, etc. debiera ser la Consellería quien lo determinase según se realiza en otras zonas y en otras Autonomías. Lo único que le podemos pedir es equidad y transparencia. De este modo, no creo que existiese problema alguno ni con los agricultores ni con los excursionistas, ya que estoy seguro de que comprenderían la necesidad de gestionar las poblaciones y el beneficio que estas acciones reportaría a la comunidad. Y ya para finalizar y como simple sugerencia, creo que la Administración debería identificar a los organizadores de las acciones anticaza, así como a los participantes en las mismas en cualquier fecha y lugar, comprobando si alguno posee licencia de caza para cualquier Autonomía y retirándosela, a la vez que se debería comunicar a la Guardia Civil la pérdida de la condición de cazador a efectos de lo previsto para la concesión de permisos de armas de caza, ya que es posible encontrarse con personas que participen en estos actos con un falso sentimiento de propiedad y para evitar que otros puedan cazar lo que ellas consideran como propio y matan cuando y como les apetece. Ello sería de ayuda al resto de cazadores al colaborar en la limpieza de indeseables en nuestro colectivo, ya que, si figuran como cazadores y actúan en contra de la caza legal y regulada, ocultan intereses tan oscuros como despreciables.
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