La biodiversidad de mi coto

Se habla mucho, y desde hace mucho tiempo, sobre la gestión cinegética. Las revistas especializadas de este país llenan todas las primaveras, coincidiendo con el final de la temporada de caza, páginas y páginas con artículos de autores reconocidos, con consejos de buenas prácticas sobre la gestión de un coto.


Pero sigo observando que no se habla de la formación de una estructura en el seno de las sociedades. Incluso, repasando los cursos de la Federación Española, no profundizan en la formación de los propios cazadores a la hora de dirigir una sociedad. ¿De qué sirve tener mucha caza si luego no sabemos administrarla? Al final, en la próxima temporada, vuelta a empezar con las repoblaciones. No es lógico machacar el coto para luego, en primavera, recurrir a repoblaciones, a menudo mezclando animales de distintas procedencias, buscando precios económicos, y que al final el resultado pueda ser nefasto. Los buenos gestores apuestan por la calidad, no por la cantidad, y así hay que hacérselo ver a los cazadores. Cada vez los esfuerzos van más dirigidos a favorecer la mejora de hábitat, ya que es una de las causas principales de la pérdida de fauna, y la más fácil de realizar. Con ello mejoraremos las poblaciones animales y la diversidad cinegética, consiguiendo modestas pero vistosas perchas como la de la foto. ¿Para qué más? Créanme que, con la compañía de mi perra Ketty (B. Alemán), paso jornadas inolvidables. ¡Ah! y sólo cazamos hasta las 14 h.

¿Qué le falta a la foto? La becada. Ave que también se puede conseguir en mi coto. Lo que ocurre es que llevamos dos años muy secos, y no bajan por estas latitudes. Con una buena estructura en la directiva, con la implicación de los socios, esa buena armonía —aplicando Convencimiento + Comunicación + Confianza— se puede disfrutar de la caza natural sin agotar los recursos cinegéticos, y luego deleitarnos en la cocina. Ya sé que para algunos esta foto dice bien poco, o nada. Pero habrá muchos otros que después de largos desplazamientos, y elevado coste económico, llegan a casa con mucho menos, nada, o algún pájaro de granja soltado unas horas antes. Siempre digo que depende de cada uno el valor que le dé a la caza muerta, y destino final.
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