Ventajas fiscales para fincas rústicas en espacios protegidos

Dentro del proyecto de ley de medidas tributarias actualmente en tramitación, se contempla una serie de actuaciones tendentes a comprobar el cumplimiento de las obligaciones de informar sobre altas y modificaciones de bienes urbanos y construcciones en suelo rústico.


En el caso concreto del suelo rústico, el proyecto de ley permite determinar nuevos valores para los inmuebles que cuenten con construcciones en suelo de naturaleza rústica que sean «indispensables para el desarrollo de explotaciones agrícolas, ganaderas o forestales, sin necesidad de que se realice un procedimiento de valoración colectiva general» en aquellos municipios donde no haya habido ninguna revisión desde 2006. En el proyecto de ley se mantiene una serie de exenciones, entre otros los inmuebles del patrimonio histórico salvo que se dediquen a una explotación económica carente de interés general. Se permitirá que los ayuntamientos gocen de una cierta discrecionalidad a la hora de aplicar beneficios fiscales en la aplicación de los tributos locales. Un aspecto que no ha sido tenido en cuenta es el de las fincas rústicas, y sobre todo aquéllas situadas en espacios protegidos y, por lo tanto, sujetas a importantes limitaciones de uso. Dado que es difícil conseguir compensaciones por estas limitaciones derivadas de su ubicación dentro de un espacio protegido, tal vez fuera el momento de aplicar las exenciones o bonificaciones en el pago de impuestos. La argumentación es sencilla y lógica: si en mi finca no puedo desarrollar una serie de actividades porque se consideran incompatibles con la conservación de la naturaleza, busquemos por la vía de la exención o bonificación fiscal una manera de compensar esa limitación. Para ello habrá que partir de la base de la función social que desempeña esa finca y del principio de que la conservación de la naturaleza es cosa de todos y la carga que ello implica no debe ser sufragada sólo por el propietario. Las ayudas directas a los propietarios de fincas rústicas se contemplan en la mayoría de las legislaciones de los países de la Unión Europea, y en todas ellas se recogen beneficios fiscales para los propietarios que acrediten haber desarrollado una actividad beneficiosa para la conservación del espacio o de las especies que habitan en él. El proyecto de ley actualmente en tramitación sería una buena oportunidad para compensar a esos propietarios de fincas rústicas que llevan a cabo una encomiable labor en pro de la conservación de la naturaleza, sin contar en la mayoría de los casos con ningún tipo de ayuda.
Comparte este artículo

Publicidad