¿Qué quieren realmente los cazadores?

A lo mejor es buen momento de hacerse esta pregunta y tomarse algunos minutos de reflexión y autocrítica. No sé si los que están al frente de las instituciones que defienden a los cazadores se están equivocando por completo o, si por el contrario, somos los cazadores los que no sabemos muy bien qué queremos o qué necesitamos.


A estas alturas, creo lógico dar por hecho que todos, unos y otros, estaremos de acuerdo en que la caza ya no es lo que era hace años, ni mejor ni peor, no quisiera entrar en ese debate que lo dejaremos para mejor ocasión, simplemente, diferente. Igualmente, supongo que todos pensamos que actualmente hay que trabajar y muy concienzudamente para conseguir buenas perchas y satisfactorias jornadas de caza en nuestros cotos. Pero, de lo que dudo es de si verdaderamente todos vamos en el mismo tren. Entristece pensar, y mucho, que la respuesta al título de este artículo sea cazar. ¿Qué quieren los cazadores? cazar. Demasiada simplicidad para la época, malos tiempos para la lírica entonces. ¿Por qué se tienen que suspender tantas actividades interesantes que se organizan para los cazadores? No me cabe en la razón que se hable de tiempos de crisis, pues los precios de la mayoría de ellas son irrisorios a cambio de lo que ofrecen. A lo mejor entonces, los que nos defienden tendrían que dedicarse exclusivamente a conseguir más días para que todos cacemos más, más cupos de capturas, más especies para cazar, más terrenos, mejores precios para hacerlo, mejores precios para comprar buenas armas y, a partir de esas líneas, seguir trabajando. Olvidarnos, a fin de cuentas, de la promoción de una caza correcta, ética y deportiva, de la formación del cazador desde su base, del reciclaje de los cazadores, de la educación de los jóvenes que empiezan a aficionarse por la naturaleza y la caza, de los estudios de investigación para perpetuar especies, de los cursos de formación para los Presidentes de Sociedades, de las jornadas cinegéticas… porque si en definitiva lo que queremos es cazar, para qué todo lo demás. Somos los cazadores, y que no lea el que no quiera conocer la verdad, colectivo poco agradecido por naturaleza. Exigimos nuestros derechos los primeros y, muchas veces, nos olvidamos de nuestras obligaciones. Tal vez sea momento de sentarse y retomar el rumbo que queremos seguir porque si en nuestra mente está cazar, debemos comprender que el futuro de la actividad tiene los días contados. Buenas maneras, educación, respeto, curiosidad por conocer, por formarse, por aprender, por participar en los foros de debate, por cambiar el chip definitivamente. Esperamos que las nuevas generaciones que nos precedan comprendan de verdad que para exigir nuestros derechos, debemos cumplir con nuestras obligaciones. Deseamos que los cazadores futuros abran sus mentes a la caza del siglo XXI, alejada bastante de lo que conocieron sus padres y sus abuelos. Hoy, pese a quien pese, todo pasa por la formación y el aprendizaje, única vía y único puerto que los llevará a ser cazadores con mayúsculas que no tengan en su cabeza la única respuesta que parece que hay a la pregunta: ¿Qué quieren los cazadores? Macarena Astorga Profesora Comunicación Audiovisual Colabora con el Gabinete de Prensa FAC
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