¡Criminales!

En el Campeonato de España de Caza Menor con perro celebrado el día 8 de noviembre en Castillejo de Robledo ocurrió algo que nunca hubieramos pensado que pudiera suceder y que habla a las claras de la bajeza moral de algunos individuos/as. La noche del día 7 al 8 de noviembre fueron salvajemente envenenados los perros del participante de Castilla y León, Alberto Bergaz.


Las intenciones del autor o autores de este delito no podemos imaginarlas. ¿Pretendían vengarse Alberto Bergaz por alguna afrenta anterior? No parece. ¿Querían la suspensión del campeonato? Los actos terroristas no son la manera más indicada. ¿Querían mandar un mensaje a la RFEC? Sólo los miserables y los cobardes lo hacen de esa manera. Al principio se pensó que podían ser grupos ajenos al evento que allí se estaba celebrando, pero cuando, posteriormente, aparecieron las salchichas presuntamente envenenadas, todo apuntaba a que el malnacido estaba dentro del grupo. La Guardia Civil allí presente, y después de analizar las muestras, nos lo dijo bien claro: «Esto está puesto desde hace poco tiempo». ¿Quién de nuestro colectivo puede cometer semejante canallada? ¿Había entre los presentes alguien que sin pertencer al colectivo de cazadores o sus allegados estuviera infiltrado? Las investigaciones deberían esclarecer los hechos pero, según nuestras impresiones, recogidas in situ, la cosa no va a ir más allá; mucho nos tememos que la denuncia impuesta por Alberto se quede en sólo eso. Y no debería ser así. La Federación debe poner todo su empeño, utilizar todos sus medios y hacer todo tipo de presiones para obligar a las fuerzas de seguridad a escalrecer los hechos. El que ha hecho semejante barbaridad no puede irse de rositas. Todo el mundo sabe la posición que La Caza y su Mundo tiene con respecto a los campeonatos y la caza. Esa misma postura pública y contraria a la celebración de este tipo de campeonatos nos legitima para decir que éste sí se tenía que celebrar, por lo que aplaudimos la decisión de la organización de continuar con la celebración del mismo. Las sociedades se regeneran siempre por debates internos; el debate que vive en estos momentos el mundo de la caza se va a solucionar con posturas transparentes, valientes y claras que saldrán de la discusión en el seno del mismo. Unas manos asesinas, cobardes y nauseabundas no pueden marcar el camino de un colectivo de un millón de personas. Podríamos seguir pero creemos que no merece la pena darle más protagonismo a esa alimaña que posiblemnete tenga figura humana. No quisieramos terminar sin recordar a Rafael Farina:
Alma de tirano, corazón de hierro maldita sea la mano que mata a un perro
¡Ah! Y un abrazo muy fuerte a Alberto Bergaz de todos los que hacemos La Caza y su Mundo.
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