Sobre cartuchos para escopeta
Me consta que las intervenciones en los foros las leen, además de cazadores, personal de las diferentes Administraciones, de las Federaciones, de la prensa especializada, importadores, fabricantes de cartuchería, etc. y que algunos de los temas que tratamos son minuciosamente analizados e incluso, con las mismas o similares palabras, aparece parte de ellos por donde menos lo esperamos y en boca o texto de otros.
En lo referente a las muchas intervenciones sobre los cartuchos para escopeta donde se debate su velocidad, su calidad, su precio, la dureza de los plomos y el alcance efectivo entre otras cuestiones, imagino que algunos fabricantes pasarán de la satisfacción al enfado y viceversa, pero que todos o casi todos ellos sonreirán cuanto menos al leer muchos de nuestros comentarios, y que continuarán haciendo las cosas como hasta ahora, variando, como mucho, alguno de sus mensajes publicitarios y el envase o el color de las vainas para hacer sus productos más atractivos de cara al consumidor que, por otra parte y en su mayoría, es poco exigente con la información y demasiado crédulo con la publicidad y las opiniones de terceros. Desde siempre me ha gustado probar diferentes cartuchos, tanto sobre la plancha como posteriormente sobre tiro al plato y caza. Igualmente me gusta abrirlos, analizar los componentes, pesar las cargas, y comprobar la dureza de los perdigones dejándolos caer desde cierta altura sobre una superficie dura y pulida observando sus rebotes. Las conclusiones que vengo sacando son bastante curiosas. Se venden mejor los cartuchos con el culatín alto aunque sea innecesario y más caro. Las diferencias de velocidad entre cartuchos de caza del mismo número y peso de plomos existen más en la publicidad que en la utilización real, (esto se observa bastante bien en el adelanto necesario para romper un plato cruzado). El plomeo es cada vez más cerrado respecto al que se consigue sin el taco contenedor, lo que atribuyo a la enorme utilización de escopetas semiautomáticas con el choke de ***, como si no pudiesen llevar otros, y a la pretensión de hacer con ellas disparos efectivos excesivamente distantes, lo que mueve a los fabricantes a buscar componentes para larga distancia. La dureza de los plomos también se ha incrementado. Y también que algunas marcas manteniendo el nombre del modelo, el envase y la vaina, de una temporada a otra cambian los componentes sin facilitar información al alcance del cazador, lo que produce alguna sorpresa no siempre agradable. Estimo que sería deseable que existiese mayor control oficial sobre los fabricantes, (los que cargan) y los marquistas, (los que ponen su nombre comercial para el producto terminado), así como que en los envases se informase de DATOS REALES sobre los componentes y comportamiento de sus cartuchos, y no solo el calibre, la longitud de la vaina, el peso de los plomos y el número que indica su tamaño. Entre los datos que deberían aparecer en el envase, estimo que faltan los relativos al fabricante como nombre y domicilio, así como el tipo y modelo de los componentes, la presión en la recámara, la dureza del plomo dentro de una escala general y conocida, así como su terminación en cuanto a pulido, recubrimiento, etc. y la velocidad a una distancia tipo para todos, como por ejemplo 1 m. Igualmente sería deseable que apareciese la fecha de la carga y un número de lote. Creo que es algo necesario y que el comprador tendría en cuenta a la hora de decidirse dentro de la oferta existente, así que, quien se adelante, esa ventaja que llevará en cuanto a ganarse la confianza de los usuarios. No es de recibo que para cortas y medias distancias deban emplearse cartuchos con taco de fieltro e incluso dispersantes para no destrozar las piezas o fallarlas, debido a que a la mayoría de los tacos que se emplean prácticamente no les afecta el choke del caño. Creo que el taco contenedor ideal es aquél que conduce la carga de perdigones reduciendo la deformación de los mismos, lo que se traduce en mejora del plomeo, pero sin afectar a la función y rendimientos de cada choke de la escopeta. En los cartuchos cargados con tacos como la mayoría de los empleados, debería indicarse en el envase que son para larga distancia, como en los dispersantes se indica que lo son. Y así, que cada uno compre los que quiera pero sabiendo lo que compra. Tampoco es de recibo la excesiva dureza de los perdigones en algunas cargas, ni el hecho de que se cambien componentes de una temporada a otra sin facilitar la información oportuna. Y a eso hay que añadirle la presión en recámara, que es un dato fundamental de cara a la seguridad del arma y del usuario, y al que parece que se le dé poca importancia a juzgar por lo que se escucha de alguna marca de las que se comercializan. Creo que somos muchos los que nos hemos sorprendido de la dulzura y efectividad de un determinado cartucho, lo mismo que nos hemos tenido que sujetar las muelas después de disparar otro de diferente marca con el mismo peso de plomos. Conservo alguna caja de marca prestigiosa que, además de lo desagradables que resultan en el disparo, se quedan agarrados a la recámara y hay que extraerlos a mano porque el expulsor no es capaz de sacarlos, y hablo de expulsores que envían las vainas de otros cartuchos, incluidos los de otros modelos de esa misma marca, a varios metros de distancia. Hace cosa de un año que recogí tacos contenedores a medida que los encontraba y también un buen puñado de un campo de recorridos de caza. Lógicamente los hay de diferentes modelos. De todos ellos, ni un 10% estaban con las aletas abiertas correctamente y más de un 20% estaban como nuevos, tanto que salvo por la dilatación se podrían reutilizar. En el resto había de todo, unos con una aleta abierta, otros con dos, pero ninguno como debiera. Igualmente y disparando sobre la plancha, lo mismo con **** que con * y en calibres 12 y 20, son varias las veces que a 35m se ha quedado señalada la circunferencia que indica que el taco ha llegado íntegro y con fuerza, efecto también tristemente apreciado sobre alguna pieza de caza.
