Preocupa no poder dejar material orgánico en los vertederos a partir de 2023

Pues bien. Si estos millones de aves no tuviesen qué comer, se plantearía un problema de dimensiones incalculables tal y como nos han avisado los buitres depredando animales domésticos no estabulados. ¿De qué nos sirve tener muchos buitres si no podemos mantenerlos? Y eso que los molinos eólicos, carreteras, cables aéreos, etc., etc. causan una mortandad tremenda que sostiene una población de zorros que está fuera de lugar. Nadie ignora que España es un caos medioambiental, donde cuatro señoritos mandan en la caza y unas cuantas cabezas de chorlito se erigen en supremos defensores de lo que desconocen.

España no sabe cómo alcanzar los objetivos europeos del reciclaje. ¿Y…?

Y a pesar de lo antes escrito, todavía hay quien habla y escribe de la economía circular.

También es sabido de todos que el dinero que consigue España para hacer algo de fundamento muere en un PowerPoint, que es el último documento después de reuniones, comilonas, fiestorros, cumbres, charlas, seminarios, noviciados, viajes varios, chuches de regalo, carteles, propaganda, loas a los falsarios del yoteinvito - túmeinvitas, etc., etc. El colmo llega cuando hay especialistas en cazar subvenciones, y otras ni se solicitan por pura abulia.

Las empresas gestoras de residuos urbanos recogieron 22,2 millones de toneladas de basura en el año 2015 en España, un 4,1 por ciento más que en el año anterior. El pastel de los residuos es muy apetitoso y si se abre el melón, nos encontraremos con ¿un buen sabor?, ¿la lámpara de Aladino? Pues en el año 2015 España recogió 22,15 millones de toneladas de residuos. No obstante, de los datos se desprende que la mayoría de los residuos (18,3 millones de toneladas) correspondían a residuos mezclados, frente a 3,9 millones de recogida separada. De esta última, el 25,9 por ciento era papel y cartón, el 20,3 por ciento residuos animales y vegetales, el 19,4 por ciento vidrio, y un 15,2 por ciento envases mixtos.

La Comisión Europea ha exigido de nuevo a España el cierre y sellado de todos los vertederos ilegales de residuos del país, que representan «un peligro para la salud humana y el medio ambiente». El Ejecutivo ha enviado una carta de emplazamiento a las autoridades españolas que se suma a la que remitió sobre la misma cuestión en diciembre de 2015. Bruselas denuncia que España no adoptó medidas decisivas tras la primera misiva.

España incumple todo lo inherente a los residuos y sus lacayos callan por miedo a perder la subvención de la que malviven sin dar palo al agua, pero jamás dudaron en endosárselo a algún octogenario que dice esta boca es mía cuando los lobos le comen el ganado o los cacos les roban las campanas de su pueblo.

Vaya por delante que, dentro de los muchos expedientes medioambientales que España tiene abiertos, uno de ellos se refiere a no aplicar las normas europeas en materia de residuos. O sea, ya vamos con retraso y con una opinión distorsionada por los grupos ecologistas que claman por lo secundario para que olvidemos lo principal. Es su trabajo para recibir subvenciones a tutiplén, pero vergüenza tenía que darles. Es más, antes del citado expediente, España incumplía las normas de la UE en 30 vertederos según el Tribunal de Justicia de la Unión Europea. Motivo este por el que la citada Comisión Europea exigió de nuevo a España en octubre de 2017 el cierre de todos los vertederos ilegales. Tanto fue así, que el Ejecutivo ha enviado una carta de emplazamiento a las autoridades españolas que se suma a la que les remitió sobre la misma cuestión en diciembre de 2015. Bruselas denuncia que España no adopta medidas decisivas tras la primera misiva y daba dos meses a Madrid para responder a esta segunda andanada. Pero como si nada.

A juicio del Ejecutivo Comunitario, existen pruebas fehacientes de que todavía existen al menos 388 vertederos incontrolados pendientes de cierre o tratamiento. Por ello, ha denunciado que España «ha incumplido los deberes de control, inspección y garantía de cumplimiento en relación con el vertido de residuos». Al mismo tiempo ha criticado que no se han adoptado medidas para garantizar que los productores iniciales o los propietarios actuales de los residuos realicen el tratamiento necesario. Este hecho, estima Bruselas, constituye un incumplimiento sistemático por parte de España de algunos artículos de la normativa comunitaria sobre residuos.

España no está concienciada sobre los residuos en general, y sobre los residuos orgánicos en particular. Tampoco lo está sobre los purines líquidos de los cerdos y sobre un largo etcétera que en definitiva se refiere a la economía circular.

Europa acuerda reciclar el 65% de los residuos urbanos en 2035. Así, los Veintiocho y la Eurocámara han acordado introducir un objetivo de reciclaje vinculante de los residuos urbanos del 55% en 2025, del 60% en 2030 y elevarlo hasta el 65% en 2035, un objetivo que estará sujeto a revisión, han informado fuentes europeas a Europa Press.

Los nuevos objetivos establecidos en las estas últimas negociaciones son más ambiciosos que los anteriores. Una situación complicada para el Estado Español que, si ya estaba lejos de alcanzar el objetivo de reciclaje marcado por Europa en 2008, reciclar el 50% de los residuos en 2020, con los porcentajes acordados en la actualidad, necesita aplicar medidas con carácter inmediato para una gestión de residuos encaminada al residuo cero. Pero un servidor lo ve crudo. No obstante, España asiente pero no cumple. En eso es una maestra consumada.

Los calendarios de reciclado se superponen, incumplen, yuxtaponen, posponen, transponen, indisponen y marean la perdiz para no ser cumplidos debidamente.

Más pronto que tarde la basura orgánica no llegará a los vertederos como ahora.

España está muy acostumbrada a acosar con saña al débil y hacer venias al poderoso. Por eso no le importa incumplir con Bruselas si el amo español les da su mendrugo. Pero la cosa se pone fea, habida cuenta de que en el resto de países no tienen el mismo modus procedendi.

En la actualidad toneladas y toneladas de aves y cuadrúpedos comen en los basureros, aun cuando ya hay tímidos intentos de dar carne a los buitres, alimoches y demás aves necófragas en comederos vallados.

Pero eso es poco para una magnitud de buitres que supera la capacidad del medio, aun cuando se envíen de regalo a Bulgaria.

Mis visitas a algunos vertederos

Antes de hablar o de escribir hay que leer y escuchar lo que dicen los demás sin dejar nunca de ver el tema que vamos a tratar. En este caso he visitado los basureros que a continuación detallo y alguno más que me han pedido no enumerar.

• Vitoria – Gasteiz.
• Carcar (Navarra).
• Palencia.
• La Rioja
• Etc. etc.

En muchos no permiten la entrada a ajenos, aun cuando a mí sí que me lo han permitido y encima me han acompañado y trasportado en sus todoterrenos.

Han mejorado mucho en su gestión, aun cuando el de La Rioja, al estar cerca de un rio muy importante, me parece un despropósito preocupante, por el que no emito ninguna observación. Pero los otros tres son un modelo de gestión, limpieza y amor a los animales. Tanto es así que, en el caso de Vitoria, cuando enfermen o se hieren las aves al tragarse el maldito plástico o enferman por otros motivos, enseguida dan aviso y ayudan en su captura al Hospital de Animales de Mártioda (Álava).

De Carcar no puedo hablar por ser amigo personal de su gerente, pero me gustaría que lo vieran. Lo ha convertido en un paraíso de animales con derecho a bufet saneado y debidamente ubicado. Y en Palencia hay un ingeniero superior joven y bien educado al mando de la instalación. Un ingeniero aseado en el vestir, digno en el trato y metódico en los hechos. El vertedero de Palencia se ha convertido en un lugar donde da gusto ver el ir y venir de las diferentes aves necrófagas y no necrófagas. Los basureros que están mal en España son una consecuencia de que los políticos les limitan el presupuesto o no se lo gastan en lo que se lo deberían de gastar. Pues bien. Esos cuatro memos nos hacen quedar mal.

En Italia las adjudicaciones de la basura suelen ser cosa de la Mafia. No sé en España…

Mis visitas a algunos comederos de buitres

Miren ustedes, en algunos me han dicho que saque fotografías y en otros me han dicho que no publique su ubicación para que no vayan a molestar a las aves, motivo éste por el que sólo les voy a citar el de Musitu (Álava) y otro que hay entre la carretera nacional de Palencia y Burgos. Pero hay más aún cuando si quitaran la materia orgánica de los basureros y comederos, las necrófagas no tendrían ni para vivir dos días. Como en el caso del buitre, del zorro y del lobo. Pues si llega esa tesitura, todos tendrían que atacar a los animales domésticos. Pero los señores ecologistas no se dan por enterados y mucho menos se atreven a decirles a los señores de la administración algo que pudiera poner en peligro su subvención.

Los buitres comen vacas parturientas como consecuencia de que tenemos un número de ellos mayor al que podemos soportar. Punto.

De los vertederos viven una gran cantidad de animales

Hay millones de aves que comen en los basureros y se van a bañar a los humedales. De entre todas ellas destacan las cigüeñas y las gaviotas.

El vertedero de Vitoria (Álava) es el mejor coto perdicero de la provincia a un kilómetro del centro de la capital. Ya escribiré de ello.

En todos ellos he visto lagartos y culebras y se saben librar de las garzas, cosa rara y más cuando en los vertederos las hay a patadas. El jabalí hoza haciendo honor a su nombre de marrano y sin embargo veo a la pollada de perdices al alcance de la mano sin asustarse del jabalí.

Da gusto ver a los córvidos meterse por entre las patas de los buitres y robarles el mejor bocado. Se me paralizan las manos cuando se me posa un milano real o negro a dos metros de mi cámara y la iridiscencia de sus ojos parece dirigirse a mi alma.

También hay culebras y ranas donde hay agua, pero éstas no han perdido la desconfianza. Algunos los lagartos y lagartijas aceptan de buen grado un mendrugo de pan o una hoja de lechuga que a veces disputan con los ratones y topillos.

Hay saltamontes, topillos, ratones que no terminan de confiarse de los cernícalos primillas o comunes, dependiendo de la época del año. Pero a quienes tienen verdadero pavor es a los gatos, que no dejan de escudriñar cada centímetro cuadrado de la instalación. También hay algunos perros cimarrones con los que hay que tener cuidado, pues te presentan el morro bajo con el rabo entre las patas y al darte la media vuelta ya tienes los dientes en las pantorrillas. En esto último se parecen a los humanos, pero los muy cobardes son los primeros en huir cuando llega el señor lobo, que en algunos sitios llega, come y se va sin que se entere nadie del lugar ni se produzcan daños en animales sanos del contorno.

Por la noche se perfila la silueta de la lechuza o se escucha al murciélago. En fin. Tanto rollo para decirles:

Muy señores míos, hagan llegar a las autoridades el hecho de que se nos presentará un problema mayúsculo cuando procedamos en España de acuerdo con Europa y desaparezcan los contenidos orgánicos de los vertederos, pues a lo mejor habría que ir pensando en dárselos a las aves en envases diferentes.

Ay… esos humedales plagados de especies autóctonas y desecados para regar la tierra no regable. Ay… esas ideas que darán al traste por culpa de esas aves (muchas de ellas alóctonas o migratorias) que quieren enseñar al tan pregonado ecoturismo mundial. Ya les escribiré de buitres y de humedales sin olvidarme de los parques eólicos y demás mataderos oficiales silenciados por los ecologistas de salón a sueldo fijo.