Cómo evitar los tiros bajos en la caza

Dejarnos los tiros bajos es el segundo causante más habitual de los fallos en los tiros de caza. Esto ocurre por diferentes motivos a los que debemos poner remedio si queremos aumentar de una forma notable nuestros aciertos. En este artículo vamos a dar un repaso a las diferentes causas que los provocan así como a las soluciones que debemos adoptar para evitarlos.


Actualizado

Cuando cometemos fallos en nuestros tiros de caza normalmente buscamos culpables, pero fuera de nuestra persona, echando normalmente la culpa a la escopeta o a los cartuchos que solemos utilizar, y por el contrario cuando acertamos nos vanagloriamos del buen tirador que somos.

Esto no nos beneficia en absoluto para ir mejorando cada día más y más como tiradores, ya que lo primero que tenemos que hacer es averiguar dónde radica el problema de nuestros fallos de forma objetiva.

Normalmente las causas son muchas y muy diversas incidiendo unas u otras en cada cazador dependiendo de su forma habitual de tirar, pero si sacáramos una estadística de todos los fallos que se cometen a lo largo de la temporada escogiendo un amplio número de cazadores, veríamos cómo la causa fundamental de esos errores vienen provocados por dejarnos los tiros traseros, punto técnico importantísimo y que repasamos en el número de julio de nuestra revista, y en segundo lugar encontraríamos como principal causante el problema habitual de dejarnos los tiros por debajo de la trayectoria del animal.

Errores comunes

Hace años las técnicas de tiro que se conocían eran realmente pocas por no decir nulas; pero en cambio sí que había dos comentarios o dichos populares, como eran el de córrele bien la mano queriendo decir adelanta mucho tus tiros y el de "tapa la pieza" intentando evitar el problema de los tiros bajos. Ambos comentarios son muy sabios ya que inciden en los dos grandes problemas que el tiro con escopeta encierra. También es famosa la frase de que «a la liebre y al conejo tirarles a las orejas» queriendo indicarse que en este caso se adelante poco, pero eso sí elevando el tiro ligeramente hasta la altura de la punta de sus orejas.

Como podemos ver en estas frases tan familiares para todo cazador, hay que tener siempre presente para acertar nuestros tiros la precaución de no dejarlos bajos, vamos a continuación a enumerar una serie de circunstancias ofrecidas junto a una serie de fotografías de los errores más comunes que provocan dejarnos los tiros bajos, y cómo corregir este mal vicio tan común y habitual entre los cazadores.

Escopeta muy curva

Todos sabemos que mediante las medidas de la culata de una escopeta podemos lograr que los tiros vayan dirigidos en una o en otra dirección, tanto lateralmente como de altura, independientemente del sitio que indique el punto de mira del arma. El error de dejarnos los tiros bajos puede venir ocasionado por tirar con una escopeta demasiado curva. Cuando queramos que nuestros tiros suban ligeramente y de esa forma contrarrestar el vicio de dejarnos los tiros bajos, bastará con poner la culata más recta o alta con respecto a la línea de la solista de los cañones, de esa forma conseguiremos elevar nuestros disparos.

Gatillo muy duro

El tener en nuestra escopeta un gatillo con demasiada presión también puede ser la causa de que nos dejemos los tiros bajos, ya que el hecho de apretar el gatillo sobre todo en escopetas con culata inglesa como es el caso de las paralelas o yuxtapuestas, provoca una cierta fuerza hacia abajo, fuerza que se ve incrementada cuando los gatillos están más duros de lo normal. Con la aparición del pistolet en las escopetas superpuestas y semiautomáticas este efecto casi no se nota, a pesar de que la presión que ejerzamos sobre el gatillo sea alta. Si os preguntáis cuál es la presión adecuada os diré que no hay una en concreto, ya que cada uno está acostumbrado a una en particular, y además esta presión debe variar por razones de seguridad cuando la escopeta se utiliza en zonas muy frías o muy calientes, ya que la sensibilidad del dedo debido a la climatología puede cambiar notablemente. En definitiva, lo interesante es un gatillo en el que tengamos perfectamente controlada la presión necesaria para que se produzca el disparo.

Punto de mira muy grande

En mi escuela de tiro compruebo de una forma muy habitual cómo son muchos los cazadores que acuden a vernos con unos puntos de mira de gran tamaño, puestos en su escopeta con la intención de que el punto destaque y se pueda controlar perfectamente durante todo el swing de tiro. Esta medida está bien siempre y cuando el punto no se eleve demasiado sobre la solista de la escopeta, que en realidad es la que indica la dirección del disparo, ya que si el punto de mira sube mucho, en cuanto éste roce con su parte superior la pieza sobre la que disparamos ya no seguiremos elevando los cañones, por lo que nuestros disparos se quedarán irremediablemente bajos. Tened en cuenta que 4 milímetros de altura en la punta del cañón implica dejarnos bajos los tiros casi 50 centímetros sobre la zona que indica la parte superior del punto de mira.

Mala cordinación, adelanto y disparo

Cuando realizamos la cuarta fase del swing, es decir, aquella en la que avanzamos con la punta de la escopeta más rápidamente para alcanzar el punto de adelanto y apretar con valor y decisión el gatillo en el momento exacto, tendremos que hacerlo de forma independiente, es decir, como si una parte de nuestro cerebro se encargara sólo de conducir la punta de la escopeta con respecto a la rasante de vuelo de el ave, y por otro lado la otra parte de nuestro cerebro se encargara solamente de apretar el gatillo cuando vea la imagen correcta del adelanto. De esta forma nunca pararemos el movimiento de nuestro cuerpo en el momento del disparo, ni tampoco tenderemos a pegar un cierto tironcito hacia abajo al efectuar nuestros tiros.

Realizar un swing mantenido

Dentro de los diferentes tipos de swing está el swing mantenido, swing que se realiza yendo todo el tiempo por delante de la pieza de caza, manteniendo todo el tiempo el adelanto hasta que llegue el momento del disparo.

Querer matar la pieza con los ojos

Cuando encaramos una escopeta es lógico que la presencia de los cañones ante nuestros ojos nos provoque una sensación extraña y un tanto molesta, si queremos ver algo situado ante nuestros ojos y que encima esté situado en la misma zona donde se encuentran los cañones; ante esta sensación incómoda para ver que es lo que pasa ante nosotros, es normal y lógico que nuestro instinto provoque de forma intuitiva bajar ligeramente la punta de la escopeta para ver más claramente cómo es el vuelo del ave que deseamos abatir. Este instinto hace que nuestros tiros se queden ligeramente bajos, ya que no olvidemos que los cañones son los que lanzan el chorro de perdigones, y si estos están ligeramente por debajo de la rasante de vuelo es lógico que nuestros tiros se queden bajos. Para corregir esto lo mejor es alargar la tercera fase del swing.

Tiro a tenazón

El tiro a tenazón o con swing corto es muy práctico en muchas ocasiones, como ocurre en el tiro al conejo o a las tórtolas, incluso a las perdices en ojeo; pero tiene varios problemas, entre ellos el provocarnos que nos dejemos los tiros bajos, debido a un corto swing y no poder comprobar sobre un cierto espacio de tiempo el lugar por el que llevamos los cañones cuando acompáñanos a la pieza, ya que este espacio en el tiro a tenazón es muy corto inclusive inexistente.

Levantar la cara

Un vicio muy común en el tirador es el de levantar la cara al disparar, como huyendo tanto del retroceso del arma como de la presencia de los cañones ante nuestros ojos:
el hecho de levantar la cara no provoca como muchos creen el dejarnos los tiros bajos sino al revés, ya que una cara levantada equivale a una culata muy recta, ya que aunque levantemos la cara el ejercicio de puntería lo seguiremos haciendo con el punto de mira de nuestra escopeta, por consiguiente nuestros disparos irán irremediablemente más arriba del sitio que señala el punto de mira de la escopeta.

El pich y equilibrio del arma

El pich y el equilibrio del arma sobre todo cuando la escopeta pesa más de culata que de cañones pueden ser las causas de efectuar tiros altos y nunca bajos, incidiendo este efecto sólo en el segundo tiro pero nunca en el primero. Muchos tiradores creen que el pich es aquella regulación de la culata que incide en que los disparos suban o bajen, pero nada más lejos de la realidad, ya que el pich lo que hace es que la cantonera se adapte a la curvatura de nuestro pectoral, de tal forma que el retroceso del arma se reparta por igual en todos los cm2 de la superficie de la cantonera.

Comparte este artículo

Publicidad