Tras las huellas del cob de bufón y el roan

No podía separar la mirada de sus ojos castaños, veía el color ámbar de forma clarísima. Me observaba directamente sin parpadear; sabía que era más que una simple mirada, me estaba estudiando. Mi respiración se paró en ese momento y mi pulso se aceleró. El encuentro fortuito e inesperado con aquel felino me dejó momentáneamente paralizado, y armado solamente con mi cámara me sentí... desprotegido.


Vacio
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