Así queda una escopeta que revienta por el cañón
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Así queda una escopeta que revienta por el cañón

El propietario del arma, cazador, explica lo que ha sucedido: «No me ha matado de casualidad».


Un taco que ha quedado obstruido parece ser el motivo del reventón de un cañón de una escopeta semiautomática. Así lo vemos en las siguientes imágenes, en las que el cazador afectado destaca que se ha librado por muy poco al haber afectado también a las maderas del guardamanos y tener la cabeza tan cerca de la detonación.

 

¿Por qué revientan los cañones de escopeta?

Las razones pueden ser varias. Quizás la más recurrente es la obstrucción del cañón originada por un uso inadecuado de los choques o estranguladores. Montar reductores de cañón demasiado estrechos para disparar cartuchos de bala puede originar situaciones como esta. Pero el problema es mucho más amplio y se puede resolver con un correcto mantenimiento de las partes implicadas de la escopeta. Por ejemplo, si no desenroscamos el choque cada vez que limpiamos la escopeta podemos contribuir a dos inconvenientes: que terminen soldados al cañón y/o que se forme un “anillo” de residuos en la base de la rosca. Ambas situaciones deben ser evitadas para su adecuado funcionamiento.

Cañón sucio. Cualquier cuerpo extraño puede producir la obstrucción del cañón. Un poco de barro, tierra, un trozo del trapo con el que limpiamos el arma, los restos de un cartucho defectuoso…

Munición en mal estado. Cuando se carga el arma con cartuchos muy viejos o mal conservados, puede que alguno de sus componentes no se encuentre en perfecto estado de utilización, caso de la pólvora. Si el impulso de la combustión de esta no es el correcto, la munición puede quedar obstruida en alguna parte del cañón o producir lo que se define como retraso en la ignición, cuando se quema parte de la pólvora en un primer momento, empujando al taco y a los perdigones, pero la combustión continúa, elevando la presión dentro del cañón.

Herido un cazador al que le reventó su rifle en Francia

También, por esta misma razón, las balas llegan a salir del arma, pero sin la fuerza necesaria, cayendo a los pocos metros.

Un taco obstruyendo el cañón

En el caso de las imágenes que hemos visto, un taco de un cartucho disparado anteriormente ha quedado atascado en el cañón. Cuando se ha producido la presión del siguiente disparo, el cañón no la ha soportado y ha acabado reventando de la espectacular manera que observamos, afectando al guardamanos, cuya madera ha quedado dañada. Por suerte, ese reventón no ha afectado a la cara del cazador, que lo puede contar, eso sí, tras el susto de su vida.

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