Arco, un laika siberiano de tres patas especialista en la caza de jabalíes
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Arco, un laika siberiano de tres patas especialista en la caza de jabalíes

El macho forma parte de la recova de perros de los cazadores catalanes Carlos Asensio y Silvia Aguilar. No te pierdas el espectacular lance protagonizado por los perros de los rehaleros en el que abaten un enorme cochino.


Carlos y Silvia son una pareja de cazadores que viven en la provincia de Barcelona. Las modalidades que practican los cazadores son la caza al salto y en batida del jabalí. Hace más de una década comenzaron a cazar con esta raza de perro de origen ruso. Fecha en la que llegaron los primeros ejemplares a la Península Ibérica.

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Carlos con Arco, el laika siberiano protagonista de esta historia de superación. A la derecha, la preciosa estampa de Arco.

Como podemos ver en el lance grabado por la cámara GoPro del cazador, su trabajo en la caza del jabalí es excelente. Los cinco perros que intervienen en el abate del cochino, entre ellos Arco, permiten a Carlos la captura del animal. El cazador necesitó 4 disparos de su rifle Marlin del calibre .30-30 Win para detener a la jabalina.

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Silvia junto a uno de sus perros tras una gran jornada de caza al jabalí.

Un jabalí seccionó el nervio ciático del perro hace un año

Tan solo 12 meses más tarde de la traumática amputación de una de sus extremidades traseras, el laika se ha recuperado totalmente gracias a los cuidados de los cazadores. Nada más ser acuchillado por un gran macho, los catalanes llevaron a Arco al veterinario. A pesar del gran trabajo realizado por el profesional, el perro había perdido la sensibilidad de una de las patas traseras. 15 días más tarde de la intervención, al veterinario no le quedó más remedio que amputarle la pata. Tras la operación, vinieron varios meses de larga recuperación.

 

Los cuidados veterinarios del perro costaron a la familia más de 1.000€

Pero, según nos comenta el cazador, "Eso qué importa. daríamos todo por ellos. Lo único que no deseábamos era que terminara el resto de su vida sin poder cazar. De ahí que nos dedicamos en cuerpo y alma a su recuperación. Al cabo de unos meses, empezamos a sacarlo en rastros de jabalíes pequeños. Para nuestra sorpresa, en pocas semanas su minusvalía parecía nula. Empezó a coger fuerza y velocidad, y un año después he aquí el resultado".

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