No son cazadores, son furtivos: el clamor del sector cinegético cuando les confunden con delincuentes
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No son cazadores, son furtivos: el clamor del sector cinegético cuando les confunden con delincuentes

El programa Seprona en Acción, un espacio dedicado a intentar reflejar el trabajo de los agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil, trata en numerosas ocasiones el furtivismo, pero siempre lo ‘confunde’ con la caza legal a la hora de nombrarlo.


“Acabamos de ver ahora mismo a dos personas en mano con galgos de forma furtiva”. Los miembros del Seprona intentan cercar a dos individuos que furtivean liebres con galgos en la Comunidad de Madrid. Cuando lo consiguen, les recriminan lo siguiente: “No se puede cazar, y aquí menos, que está vedado”.

El furtivo no es cazador y el cazador no es furtivo

Los responsables de DMax los llaman cazadores, incurriendo en un error garrafal. Nunca se debe confundir a furtivos, individuos que capturan animales de manera ilegal, con cazadores que practican una actividad atendiendo a una completa y estricta normativa.

“La caza furtiva es un delito en España, y los agentes luchan por detener a quienes lo hacen con diferentes multas y sanciones”. Así presenta el corte del programa que DMax ha difundido hace pocos días en su canal de YouTube, a pesar de que el programa fue emitido por primera vez hace ya algún tiempo.

 

Los responsables del mismo deberían atender a la sentencia del Tribunal Supremo 612/2022, que interpreta el artículo 335.2 del Código Penal, confirmando que el furtivismo (no la caza furtiva), es delito si concurren elementos como si la acción se ejerce sobre especies cinegéticas o cazables, esto es, protegidas, o si la acción se ejerce sobre alguna especie especialmente protegida, lo que acarrearía una pena aún mayor.

Los cazadores exigen la distinción entre ambos opuestos

No nos extraña que en los comentarios de los usuarios que han visto las imágenes abunde la siguiente frase: “Eso no son cazadores, son furtivos”. Hay quien incluso va más allá: “Buen trabajo que cojan a los furtivos, que son los que nos perjudican a los cazadores”. Una distinción que, lamentablemente, muy pocas veces se lleva a cabo en los medios de comunicación, manchando a menudo la imagen del cazador, que trabaja por la sostenibilidad de las especies, realizando censos y planes técnicos en función de las poblaciones de especies cazables. En cambio, el furtivo mata y captura al margen de la ley y de todos estos componentes de gestión, poniendo en peligro, no solo el trabajo de los cazadores, sino la sostenibilidad de las especies sobre las que actúan ilegalmente.

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