El conejo se ha hecho resistente genéticamente a la mixomatosis por selección natural

Así lo ha demostrado un estudio de ADN, a casi 200 conejos, que ha revelado las bases genéticas de la lucha del animal contra el letal virus.


Darwin's rabbit
Darwin's rabbit

El estudio ha sido llevado a cabo por un equipo internacional de la Universidad de Cambridge, Reino Unido, el laboratorio McFadeen y el Centro de Investigación en Biodiversidad y Recursos Genéticos (CIBIO) de Oporto, Portugal, utilizando las últimas tecnologías de secuenciación de genomas.

Un estudio sin precedentes

El estudio abarca 150 años y miles de kilómetros. En él se ha extraído ADN de casi 200 conejos que datan de 1865 hasta 2013, incluido uno de Charles Darwin, recolectando muestras de conejos de once museos de historia natural en Reino Unido, Francia, Australia y Estados Unidos, y secuenciaron cerca de 20.000 genes para identificar mutaciones que surgido desde las pandemias de mixomatosis de los años 50.

Los conejos resisten a la enfermedad por selección natural

Las poblaciones de conejos no se controlan fácilmente, se reproducen con rapidez y, como consecuencia, tienen un impacto severo en su entorno.

Los colonos europeos introdujeron el conejo salvaje a Australia a finales del siglo XIX. En un intento de reducir el tamaño de la población que había aumentado casi a mil millones de conejos en 1950, científicos australianos lanzaron el virus del mixoma. Finalmente hicieron lo mismo para poblaciones en Francia y Reino Unido. Sin embargo, después de un tiempo, las tasas de mortalidad disminuyeron en los tres países y las poblaciones se recuperaron. Se habían convertido genéticamente más resistentes al virus.

Los investigadores han descubierto que los conejos han adquirido resistencia a la mixomatosis a través de los cambios genéticos y que esta resistencia se basa en el impacto acumulativo de múltiples mutaciones de diferentes genes.

«Durante décadas el huésped y el virus han llevado a cabo una danza genética entre ellos, que comenzó hace más de 70 años. Nadie supo qué era esa danza genética, pero ahora hemos aprendido algo nuevo de los genomas de conejos supervivientes», ha explicado Grant McFadeen, director y profesor del centro de biodiseño para inmunoterapia, vacunas y viroterapia.

«Este es uno de los mejores ejemplo de co-evolución que conocemos, donde el virus está ecolucionando, y el anfitrión también, y están evolucionando juntos». McFadeen y su laboratorio creen que una de las principales conclusiones de este estudio ha sido demostrar que la co-evolución virus-huésped ocurre.

Detectadas tres mutaciones significativas

Las mutaciones genéticas particularmente significativas se descubrieron en el gen IFN-alfa 21 A, que activa una alarma basada en proteínas en células de conejo cuando se detecta un virus. El equipo de trabajo produjo en el laboratorio la forma de la proteína que se encuentra en los conejos de los años 50 y la forma diferente hallada en la actualidad.

El equipo también ha descubierto que la proteína que ayuda a los conejos a defenderse del virus mixoma, también tiene efecto antiviral sobre otro virus no relacionado, denominado estomatitis vesicular.

¿El futuro de la especie?

Esta investigación puede dar pistas sobre el futuro de la especie. La evolución viral parece estar encontrando maneras de responder a las adaptaciones genéticas, «es un maravilloso ejemplo de investigación por pura curiosidad, y puede haber implicaciones en el futuro», ha indicado también McFaeen. El estudio no deja de ser un mero ejemplo para el mundo en términos de co-evolución virus-huésped.

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