Se desata el pánico entre granjeros e inversores blancos

Cyril Ramaphosa

Se está valorando cambiar la Constitución para permitir la expropiación de tierras en manos de la población blanca sin necesidad de dar compensación alguna. El Gobierno que preside Cyril Ramaphosa quiere incluso anticiparse a su aprobación.

Además, el presidente del CNA, Gwede Mantashe, intensificó aún más el pánico hace escasos días tras señalar que nadie debería poseer «más de 10.000 hectáreas de tierra», avanzando que si se supera ese límite el Gobierno también expropiaría.

Este anuncio fue duramente criticado tanto por agricultores blancos como negros, dado que estos últimos, si bien todavía son minoritarios, también poseen amplios terrenos y está teniendo sus primeras consecuencias económicas y sociales.

Dos fincas de caza han sido las primeras en sufrir la nueva política

Según informa el periódico local City Press, dos fincas de caza situadas en el norte del país han sido las primeras en sufrir la política confiscatoria del Estado. Tras meses de negociación con las autoridades para proceder a su compra, los propietarios recibieron una carta a principios de año en la que se advertía de que tenían que proceder a la «entrega de llaves» del terreno en cuestión, a pesar de la petición del dueño de recurrir a los tribunales para evitar el desalojo, solicitud que fue denegada. Mientras los propietarios reclamaban 18.7 millones de dólares para vender la finca, el Gobierno ofrecí a 1.87 millones, diez veces menos.

Ante la imposibilidad de acuerdo, el Ejecutivo pretende llevar a cabo la expropiación de forma unilateral, en contra de la voluntad de los legítimos propietarios. Sería la primera vez que el Gobierno niega la posibilidad de acudir primero ante el Tribunal de Reclamaciones de Tierras, como exige la ley, inaugurando así la temida confiscación de tierras sin compensación que se pretende elevar a rango constitucional.

Temen que Sudáfrica se convierta en otro estado fallido como Zimbabue

En Zimbabue, las violentas confiscaciones de tierras impulsadas por el régimen comunista de Robert Mugabe en la década de los 90 sumieron al país es una espiral de decadencia de la que nunca se ha recuperado.

Este tipo de acciones están proyectando temor en granjeros e inversores, ya que supone un ataque directo a los derechos de propiedad. De hecho, muchos granjeros blancos están desesperados por vender sus tierras antes de que se proceda a la incautación anunciada por el Ramaphosa, pero no encuentran compradores. Nadie va a comprar una finca en Sudáfrica si mañana el Gobierno puede confiscártela.

Donal Trump ha mostrado su preocupación mediante un tweet

«Le he pedido al Secretario de Estado @SecPompeo que estudie detenidamente las expropiaciones de tierras y fincas y la matanza a gran escala de los agricultores. El Gobierno de Sudáfrica está ahora apoderándose de tierras de los granjeros blancos».

Vendedor voluntario, comprador voluntario

Desde el final del apartheid en 1994, Sudáfrica fijó un sistema de «vendedor voluntario, comprador voluntario» para redistribuir las granjas de los blancos entre la población negra. Pero, hasta ahora, este proceso se desarrollaba en base a reglas de mercado: el Gobierno hace una oferta y si el vendedor acepta se procede a la venta, previo pago del precio acordado.

El objetivo de la reforma es «corregir una injusta histórica». La que, según el gobierno de Pretoria, explica que personas de origen europeo sigan poseyendo la mayor parte de los terrenos agrícolas en el país, pese a que representan menos de un 8.9% de la población total y que, según ellos, obtuvieron de manera ilegítima ya sea por la fuerza o a través de las leyes y prácticas discriminatorias que la minoría blanca impuso en el país.

Los granjeros rechazan este argumento y recuerdan cómo ellos mismos o sus antepasados compraron las tierras a otros propietarios con el dinero que ganaron o con préstamos de los bancos.